domingo, 14 de julio de 2019

Zuccardi en Valle De Uco fue elegido como el mejor viñedo del mundo.

Su enólogo Sebastián Zuccardi nos cuenta qué significa para ellos este reconocimiento y en qué se basa el proyecto que los ubica en este selecto lugar en el planeta.

La bodega Zuccardi Valle De Uco fue elegida en Londres como la mejor bodega y viñedo de Sudamérica y del mundo. Una mención que se da dentro de "The world’s 50 best vineyards for 2019", uno de los rankings más prestigiosos del planeta en este tipo de proyectos.

Este ranking es el resultado de una votación que llevan adelante los miembros de la Academia de The World’s Best Vineyards, formada por más de 500 trabajadores de la industria vitícola, sommeliers y periodistas especializados. Jugadores que fueron seleccionados por su influencia y su opinión experta del vino en el planeta. Quienes votaron pudieron nominar hasta tres viñedos dentro de la región donde viven y también aproximadamente cuatro fuera de la región donde habitan y votan.

Con una buena presencia sudamericana (5 de 17 países) Argentina obtuvo la mejor calificación con la bodega de una de las familias tradicionales en la elaboración de vinos en el país.

Del nuestro, además de Zuccardi, lo hicieron Catena Zapata que se quedó con el puesto 5; Bodega Colomé en el 25, Salentein en el 26 y El Enemigo Wines 41 demostrando una excelente performance del vino fuera y dentro del país.

Charlamos con Sebastián Zuccardi, enólogo y uno de los máximos referentes de la bodega.

P. ¿Qué significa ser reconocidos como la mejor bodega del mundo?

R. "Hay que tener en cuenta que el premio es a la mejor bodega o viñedo para ser visitado y eso engloba un montón de aspectos que tienen que ver no solo con el vino sino con el concepto de la bodega, con la experiencia de la gente que nos visita, con el restaurante, o sea que engloba qué es lo que pasa o qué es lo que vive o qué es lo que siente una persona cuando nos visita.

"Lo interesante del premio es que votan 500 personas que están relacionadas al mundo del vino. Sommeliers, dueños de restaurantes, y eso tiene para mi un valor muy grande. Si bien es un reconocimiento a la bodega y el trabajo de la familia, sobre todo es un reconocimiento a la región y estoy convencido de que no hay posibilidades que le vaya bien a nadie si no nos va bien como conjunto y lo que va a hacer que nos vaya bien como conjunto, es que el lugar donde vivamos, donde cultivemos tenga reconocimiento. Si eso no está no hay posibilidades para nadie más allá que después eso depende del trabajo que hace cada uno dentro de su lugar. Por eso veo muy importante este reconocimiento para decir que lo que estamos haciendo tiene sentido, tiene visibilidad. Pensar que este reconocimiento ayuda a la región, en particular al Valle De Uco y Mendoza.

P. ¿En qué se basa este reconocimiento ?

R. "Primero somos una familia que está hace más de 50 años trabajando en el vino poniendo su energía, su corazón, su cabeza, en el mismo lugar, creyendo en la región, trabajando en la región, reinvirtiendo todo en la región, tomando decisiones de largo plazo, que visto desde el corto plazo y desde lo económico pueden no ser razonables, pero el vino tiene otros tiempos, otros códigos, necesita de otra cabeza. Siendo la tercera generación de la familia trabajando con la misma filosofía que es el respeto por nuestro lugar tratando hoy de no buscar el vino perfecto, sino buscar el vino que nos cuente la historia del lugar, la cosmovisión de la familia en este momento y del año que fue hecho, creo que eso ya parte de un principio que no parte de ninguna copia sino que partimos de la búsqueda de los valores y de las cosas que hacen diferentes a nuestra región.

P. ¿Cuáles son y han sido los principios de Zuccardi para lograr este presente?

R. "En Mendoza la cordillera de los Andes es la vida, la madre de todo, nuestros vinos son de montaña, absolutamente toda nuestra identidad en los vinos viene de la cordillera. La cordillera hace que esto sea un desierto pero de altura, un desierto en altura y luego toda el agua que usamos para regar viene del deshielo, los suelos donde cultivamos han sido formados en la cordillera de los Andes, entonces paisajes, clima y suelo determinados por la montaña. Nosotros como mendocinos tenemos nuestro carácter determinado por la cordillera, la montaña es la base de los vinos que nacen de acá. Y en este proyecto siempre lo que buscamos fue respetar la cordillera, no competir, sino buscar que las personas en el proyecto fuéramos más importantes que la montaña, por eso en principio el proyecto se basó en buscar un equilibrio, en ser parte del entorno, por eso la bodega trata de ser parte de esa cordillera y está toda construida con materiales del lugar, está enclavada en la finca Piedra Infinita; para plantarla sacamos mil camiones de piedra, y luego muchas de esas piedras se usaron para la construcción de la bodega, todo el concreto está hecho con arena, piedra y agua del río Tunuyán que es el río que da origen a todos los suelos de ahí.

"La bodega está pensada en un trabajo que empezamos hace diez años de división por tipo de suelo, entonces es una bodega pensada con las piernas en el viñedo porque todas las formas en las que están pensadas las piletas y el material que usamos -que es todo concreto y también concreto hecho con materiales de la región- hace que la bodega esté pensada desde el viñedo y el paisajismo también, todo con vegetación nativa, generando una entrada que trabaja o da el concepto del origen de los suelos aluvionales".