miércoles, 30 de octubre de 2019

Quilmes se mete en el negocio del vino y lanza una “botellita”.

Quilmes se mete en el negocio del vino y lanza una “botellita”.

Llegará con tapa a rosca en 375 ml. Se venderá solo en CABA en 400 puntos. Desarrollan prueba piloto con “vino tirado¨.


El gigante de la cerveza pone un pie en la industria del vino. El rumor corría desde hace unos meses, pero nada hacía suponer que lo haría desembarcando en segmento de consumo “personal” y con un tinto y otro blanco en botella 375ml. A lo que también le sumarán el desarrollo la categoría de “vino tirado”.
“Root” es la marca con la que la empresa saldrá al mercado. Serán dos vinos: uno malbec- syrah y  el otro chenin, en envase de 375ml y con tapa a rosca.
Además, también extenderán en algunos puntos el concepto de “vino tirado”, es decir, que al igual que se hace con la cerveza, harán punta con este concepto que hasta la semana pasada, era exclusivo de la cerveza. 
Fuentes cercanas a la empresa confirmaron que se trata de una prueba piloto pequeña que realizarán sólo para CABA en 400 puntos de ventas. Explicaron que encontraron que el consumidor argentino, en el segmento de vino, tenía muy pocas ocasiones de consumo “personal” y así surgió parte del proyecto.
Hasta el momento sólo comercializarán 85 mil botellas en esta primera etapa, pero si el proyecto funciona la idea es comenzar a trabajar para agrandar este espacio.
De hecho, a pesar de que Quilmes tiene una de las distribuciones de bebidas más grandes de la región, con la que llega diariamente a 300 mil puntos de venta, lo cierto es que es que este proyecto contará con un tercero. En este caso, la empresa Conyntra, especializada en la distribución de productos gastronómicos premium -en su mayoría importados- será la encargada de colocar en producto en Capital Federal.
La “botellita”, que contiene dos copas (375ml), se venderá a $ 100 tanto el tinto como el blanco. Este producto es elaborado en Mendoza, bajo una sociedad estratégica con el grupo Origin Wine, que en nuestra provincia controla Mendoza Vineyards y Finca La Anita.
Cabe recordar que Cervecería y Maltería Quilmes es una de las compañías de bebida más grande de América Latina, y que si bien, se la asocia a las cervezas, lo cierto es que, produce, elabora, distribuye y comercializa también, gaseosas, aguas minerales, jugos e isotónicos, en alianza con PepsiCo y Nestlé.

Un espacio que crece.
Hasta hace unos meses, la ocasión de consumo llamado “personal” para la industria del vino era, prácticamente, un espacio desconocido.

Así lo muestran los números del INV, que advierten que en el caso del envase en botella, las de hasta 650 cm, tienen menos del 1% del total del share del mercado del vino. Y el vino en lata, para el mercado interno todavía no aparece en desagrado del organismo.
Sin embargo, en las últimas tres semanas, Bodega Estancia Mendoza, Bianchi, Zuccardi y Peñaflor, decidieron sacar al mercado vino en lata. Nada mal para una industria que es acusada sistemáticamente de no innovar al ritmo que lo hace su competidora más cercana, la cerveza.
Los últimos números dados a conocer por el INV, muestran que los despachos al mercado interno mostraron un aumento para el período enero - setiembre del 2,3%.
Esa suba en el volumen está dada por la suba de las ventas en tetra brik, en botellas de 1,125 litros y en bag in box, que en último tiempo volvió a crecer.
La suba de la venta en tetra está dada por los precios relativos y el hecho, de que el vino hoy se ubica, en precio debajo de la cerveza. En tanto, el “botellón” creció 34,5%, impulsado principalmente por una bodega de la zona Este. En tanto, el bag in box, creció 59%.

Publicado en Guarda 14 del Diario "Los Andes" de Mendoza, lunes 28 de octubre de 2019.

sábado, 26 de octubre de 2019

Bodega Familia Schroeder presenta un nuevo Deseado Extra Brut.

Bodega Familia Schroeder  presenta un nuevo  Deseado  Extra Brut.
El enólogo Diego Puppato da detalles del flamante espumante con marcadas notas patagónicas.

Leo Puppato es mendocino, tiene en su ADN la viticultura como estandarte. Hincha de River fanático, el hombre por estos días sonríe como la imagen de un amanecer en pleno campo. Es el jefe de enología de Bodega Familia Schroeder y uno de los máximos responsables de la creación del espumante Deseado, uno de los hits más grandes del país en materia de burbujas.

Charlamos sobre el nuevo integrante de la familia, el Deseado Extra Brut, cómo se vislumbra la cosecha 2020 y cuáles son las cepas protagonistas en este tiempo.
¿Qué características tiene este nuevo Deseado Extra Brut?
Es un espumante que a los ojos se presenta con un color amarillo pálido con destellos dorados, de burbujas muy finas y persistentes. En nariz es frutal y floral, intenso y elegante, con delicadas notas a pan y frutos secos. En boca es frutado, fresco, toque cítrico y herbal de buena acidez, cremoso y con un largo final. En su composición lleva 40% Chardonnay, 40% Pinot y 20% Sauvignon Blanc. El método de fermentación es Charmat.
¿Cómo te imaginas que serán los vinos y espumantes de la cosecha que se viene?
Si bien falta mucho por delante para la cosecha 2020 imagino que va a ser una linda vendimia en Patagonia. La brotación viene dentro de los tiempos normales y sólo hubo una pequeña helada en la zona, así que por ahora no hay daños en el viñedo. En general las bases de espumantes por elaborarse temprano, son mucho más estables y homogéneas año tras año. Desde que elaboro espumantes en la zona (ya 17 cosechas) han sido muy parejas y de buena calidad, manteniendo siempre la fruta y frescura que los caracteriza. Estamos año a año sacando nuevos espumantes para ser cada vez más competitivos.
¿Cómo ves la producción de vinos en la provincia?
Neuquén ha crecido mucho en calidad pero no tanto en cantidad porque con la crisis económica no se han plantado nuevos viñedos, inclusive algunos se han abandonado. Son momentos en los que hay que tratar de exportar todo lo que se pueda y para ello tenemos que adaptar vinos para cada mercado, en eso estamos. Hay que jugar en primera y para ello se necesita trabajar bien, cuidando todos los detalles.
¿Cómo acercamos más al consumidor a tomar vino?
Hay que hacer vinos que le guste a la mayoría, vinos fáciles de beber, no tan alcohólicos, frutales, accesibles en precio y para diferentes segmentos. Y además en diferentes envases y tamaños. Por lo general los vinos armados desde la enología, estructurados y complejos, no son los que después más se consumen en volumen. En nuestra bodega Familia Schroeder el ejemplo claro es Deseado, el espumante dulce natural que sin mayor complejidad, es el que más se consume, cerca de 600.000 botellas al año contra 15.000 botellas del espumante más complejo y de 12 meses sobre lías.
¿Cuál es el varietal protagonista de los próximos años para vos?
La variedad estrella es el Pinot Noir, sigue creciendo la demanda, el consumidor argentino empieza a descubrirla y es un varietal muy versátil con el que se pueden hacer muchos productos y cada uno con potencial, rosados, tintos jóvenes, reservas con madera, fermentados en barricas, blend y hasta cosecha tardía. La otra variedad que toma protagonismo, a mi parecer es el Cabernet Franc y en Patagonia por su ciclo de madurez se da muy bien.

Publicado en Diario "La Mañana de Neuquén", 25 de octubre de 2019.

jueves, 24 de octubre de 2019

Uvas criollas: el INTA recupera cepas ancentrales de gran valor.

Uvas criollas: el INTA recupera cepas ancentrales de gran valor.

A través de un importante trabajo a campo y estudio de ADN, investigadores argentinos rescataron variedades autóctonas con resistencia a sequía, salinidad, enfermedades y que pueden tener alta calidad enológica.
Por:Hugo Carmona Torrespara diariodecuyo.com.ar

La Argentina tuvo una viticultura colonial, muy básica, pero no menos importante por el valor que tenía su uva, su pasa y lo más preciado para la vida de sus primeras poblaciones de la conquista española: su vino. Muchas de esas variedades se fueron perdiendo desde 1850 en adelante, cuando surgió la viticultura industrial y que las reemplazó por otras cepas consideradas de mayor importancia enológica.


Un equipo de investigadores de la Estación Experimental Agropecuaria Mendoza del INTA, Jorge Prieto,Rocío Torres, Gustavo Aliquó, Martín Fanzone, Santiago Sari, María Palazzo y Jorge Pérez Peña, vienen haciendo desde hace 5 años, una trabajo de rescate de estas variedades criollas ancestrales de Argentina y continúa prospectando viñedos viejos en distintas zonas, recolectando material y analizándolo en busca de identificar otros genotipos. 



EL ORIGEN.

Se denomina variedades criollas a las variedades que se originaron en Sudamérica. En general, se generaron a partir de cruzamientos naturales entre las plantas de vid traídas por los españoles desde la época dela conquista. Los cruzamientos naturales se producen cuando el polen de una variedad fecunda la flor de otra variedad, originando una semilla genéticamente distinta a sus progenitores, por lo tanto, un nuevo genotipo, o en el caso de la vid una nueva variedad. Si bien esto parece poco probable que ocurra, hay que considerar que las plantas se cultivaban mezcladas en la misma parcela y que esas variedades convivieron juntas por casi 400 años. Esta hipótesis fue probada hace algunos años por investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo y de Chile, quienes determinaron que la mayor parte de estas variedades tienen como "progenitores" al Moscatel de Alejandría (variedad de origen griego traída a América por los jesuitas) y a la denominada comúnmente Criolla Chica, que en realidad es una variedad española cuyo nombre original es Listán Prieto. Estas dos variedades se cruzaron repetidas veces y originaron las variedades criollas más conocidas hasta el momento. Se trata, por lo tanto, de cepas que vienen siendo cultivadas en nuestro medio desde hace casi 400 años y adaptadas al medio ambiente local.



 En el mundo existen más de 5000 variedades de vid diferentes para distintos usos: en fresco, para vinos y pasas entre otros. Sin embargo, el mercado mundial de vinos está acotado a un grupo minoritario de variedades en su mayoría francesas, españolas e italianas. Estas pocas variedades (Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Merlot, Malbec, Tempranillo, etc.) ocupan un gran porcentaje de las ventas de vino a nivel mundial. 



El mercado argentino no es muy distinto, en especial luego de la transformación de la industria vitivinícola durante los años 90, cuando se realizó una reconversión de viñedos hacia variedades de alto valor enológico, todas europeas. Pero aún existen alrededor de 74.195 ha cultivadas con variedades criollas, un 33 % de la superficie cultivada con vid en Argentina. Las variedades criollas más cultivadas corresponden a Cereza (29.190 ha), Criolla grande (15.970 ha), Pedro Giménez (11.389 ha) y Torrontés riojano (8.221 ha). Durante las décadas de los 70 y 80 se privilegió el cultivo de estas variedades debido a su alto potencial de rendimiento. Su destino es principalmente la producción de vino básico y/o mosto dependiendo de las condiciones del mercado. Hoy en día, estas variedades están cuestionadas debido a su escasa aptitud enológica, en especial para la elaboración de vinos tintos. Una mención aparte merece la variedad Torrontés Riojano, la cual es considerada hasta el momento la única variedad criolla de alta calidad enológica.



A pesar de este cuestionamiento sobre las variedades criollas más conocidas, existe un interés creciente por parte de algunos actores de la industria en elaborar vinos de alta o media gama con estas uvas y de generar productos únicos del territorio, de calidad y que puedan diferenciarse en los mercados. Asimismo, es importante resaltar que algunas de ellas (poco conocidas al día de hoy) tienen un alto potencial enológico, el cual amerita ser estudiado en mayor profundidad.


Diversidad genética y enológica sin explotar.


Hasta hace algunos años, la única forma de identificar o diferenciar una variedad de vid era a través de las características morfológicas de hojas, ápices, brotes y racimos (ampelografía). Actualmente, a través de estudios del ADN se puede identificar un individuo o una variedad de forma precisa. Además, se pueden comparar los resultados con otras bases de datos en otros países para saber si la variedad ya existe en otra parte del mundo, o si se trata de una variedad original. En este estudio se trabajó con marcadores moleculares validados por la Organización Internacional de la Vid y el Vino y por trabajos de investigación previos nacionales e internacionales.. 


Cuando se habla de variedades criollas, es inevitable pensar en las variedades Criolla grande o Cereza y asociarlas de inmediato con una baja aptitud enológica. Sin embargo, existe otro grupo de variedades criollas que no se encuentran difundidas en el medio y que están siendo estudiadas con el objetivo de identificarlas genéticamente y conocer su origen y los posibles progenitores involucrados. De forma simultánea se está trabajando también en su caracterización agronómica y enológica. La mayoría de estas variedades se rescataron en la década del 50 de viñedos antiguos del Oeste argentino y se implantaron en la colección de variedades de la EEA Mendoza INTA, por los ingenieros del INTA José Vega y Alberto Alcalde. Algunas de estas variedades se perdieron con los años. Basta mencionar que había una colección con 50 variedades criollas que se arrancó en los años 70 y de la cual se pudieron recuperar algunos individuos. No obstante, muchas fueron conservadas en la colección ampelográfica que posee la EEA Mendoza INTA actualmente y han permanecido en el olvido hasta el presente, debido al interés casi exclusivo que despertaron las variedades europeas. Este trabajo se ha realizado en colaboración con un grupo de investigadores del INRA de Francia, donde se encuentra la colección de variedades de vid más grande del mundo y que alberga más de 7800 accesiones, que son materiales vegetales de vid recolectados de distintos lugares. 



Gracias al análisis de ADN, pudimos encontrar hasta el momento 28 variedades criollas diferentes, de las cuales 18 corresponden a genotipos no conocidos anteriormente y 10 a variedades ya previamente estudiadas. De las 18 variedades nuevas hay muchas que no están presentes en viñedos comerciales y es probable que las plantas de la colección sean las únicas existentes de la variedad. Por otro lado, los resultados también indicaron que hay otras variedades que actuaron como progenitores (además de Criolla chica y Moscatel de Alejandría antes mencionados) originando nuevas variedades. Entre ellas, se puede citar al Moscatel de grano pequeño y también al Malbec. El hecho que el Malbec sea el progenitor de dos variedades criollas indica que el proceso de hibridación continuó hasta después de la llegada de las variedades francesas a mediados del siglo XIX. En consecuencia, el proceso de "formación" de las variedades criollas fue más complejo y diverso de lo que tal vez se pensaba. 



Surge el interrogante si es entonces, el Torrontés riojano, la única variedad criolla con alto potencial enológico. Luego de identificadas las variedades y verificado su posible origen y progenitores, se evaluaron sus características vitícolas (peso de poda, rendimiento, evolución de la madurez, peso de baya, composición química de la uva) y enológicas (composición química y análisis sensorial de los vinos) mediante la elaboración de sus vinos a escala piloto. Estos 5 años de estudio permitieron identificar cerca de 10 variedades con potencial enológico promisorio debido a su composición poli fenólica, perfil aromático y acidez y que permiten asegurar que hay otras variedades criollas, además del Torrontés riojano que tienen elevado potencial enológico. 
Actualmente están multiplicando estas variedades para establecer un ensayo de mayores dimensiones y elaborar sus vinos a una escala mayor. En base a los resultados obtenidos en el presente trabajo, es posible diversificar la oferta varietal argentina de vinos a través del uso y valorización de variedades criollas de alto potencial enológico y generar una diferenciación en los mercados. Si bien puede sonar arriesgado, los resultados obtenidos hasta el momento permiten proponer esta vía de desarrollo.



Es muy probable que en viñedos y parrales antiguos aún existan muchas otras variedades desconocidas, mezcladas y/o confundidas. También es probable que muchas se hayan perdido. Esta erosión genética tiene consecuencias importantes, ya que implica una pérdida de patrimonio y diversidad del encepado argentino.

El 33 % de nuestras cepas todavía son criollas de ahí su importancia en identificarlas correctamente y buscarle el valor que puedan aportar por su resistencia y por el vino de calidad que puedan entregar usando la nueva tecnología. 


Fuente de información: 

lunes, 21 de octubre de 2019

Una familia inició una prueba con cepas Malbec y Pinot Noir al pie de la barda sur del VIRCh. Con poco más de media hectárea plantada ya consiguieron una mención en la Muestra Agropecuaria de Gaiman.

Vinos: la opción productiva que crece en el Valle.


Una familia inició una prueba con cepas Malbec y Pinot Noir al pie de la barda sur del VIRCh. Con poco más de media hectárea plantada ya consiguieron una mención en la Muestra Agropecuaria de Gaiman y estiman envasar un centenar de botellas de vino premium a fin de año.

La elaboración de vinos en el Valle Inferior del Río Chubut ya no es una novedad, y si bien el número de productores aún es acotado, el trabajo sostenido a lo largo de los años empieza a arrojar los primeros resultados interesantes en cuanto al producto final.

Al pie de la barda sur, y muy cerca del acceso a Trelew por ruta 3 desde Comodoro Rivadavia, una familia inició hace algunos años un proyecto con fines en un principio domésticos, pero que a fuerza de un trabajo constante y con el asesoramiento de profesionales enólogos, hoy proyectan culminar el año con un centenar de botellas de vino de alta calidad listas para presentar.

Martín Pauluka, impulsor del proyecto Familia Pauluka, contó en diálogo con Cadena Tiempo que la historia de la producción de vinos en su caso nació “con un proyecto junto al INTA; hicimos una pequeña prueba porque queríamos hacer vino en casa, teníamos el espacio y nos prendimos. En el año 2007 adquirimos plantas de Malbec y Pinot Noir, con los que hemos tenido buenos resultados, y ampliamos la plantación en los últimos años a poco más de media hectárea, a pocos metros de ruta 3, a la altura del circuito Mar y Valle”.

“Nosotros teníamos el espacio y el INTA venía con ese proyecto de probar las plantas y como reaccionaban en el valle. Me prendí en las capacitaciones y bueno la verdad que agarre mucho impulso, termine ampliando la plantación y este año obtuvimos la primera mención por el Malbec en la Muestra Agropecuaria de Gaiman, lo que nos entusiasmó mucho para seguir adelante” sostuvo el productor, quien aseguró que se vio involucrado en la vitivinicultura a partir de esta experiencia.

En ese marco, afirmó que hay “mucho esfuerzo personal y familiar, primero no sabíamos mucho del tema, tuvimos que aprender sobre la marcha e íbamos viendo como resultaba” y con el paso del tiempo el producto “empezó a dar buenas características, buen aroma, buen color, y eso nos motivó a seguir adelante con este proyecto, con la intención de ampliarnos más, siempre y cuando nos del presupuesto el trabajo”.

En la actualidad, la plantación tiene un poco más de media hectárea, “y unas 2000 plantas, aunque no todas están en producción. A las dos cepas que ya nombramos queremos sumar una tercera, que es Cabernet Franc, pero recién vamos a ver como resulta en un par de años” indicó Martín en la entrevista con el programa “Suban El Volumen”.

En ese contexto comentó que todo está en etapa de experimentación y que por las características, “son muy parecidos a lo que es el Alto Valle de Río Negro”, para luego contar que trabaja junto al enólogo Marcos Lascano y definió al producto como “un vino artesanal pero tecnificado, no hacemos cosas caseras ni nada de eso; para hacer un buen vino lo esencial es hacerlo con un profesional, de manera de sacarle lo mejor a la materia prima que es lo que estamos haciendo nosotros”.

“La tierra en el Valle es bastante diferente. El valle no es homogéneo y no es lo mismo lo que hacemos nosotros que lo que hacen otros colegas con los que siempre charlamos y trabajamos, porque a veces la tierra es más arenosa o arcillosa depende el lugar del valle y yo estoy más cerca del mar por ahí son vinos con una influencia distinta por los vientos”.

Con una base de trabajo que se inicia en el laboreo de la tierra, el riego y la preparación de las plantas, tras la cosecha de fines de marzo y principios de abril se inicia el proceso de vinificación de la cosecha. “Hacemos un vino de alta gama, todo lo tecnificado que podamos, pero siempre digamos con condiciones artesanales. Por ahora las referencias son muy buenas, estamos con el pulgar arriba como se dice, y estamos buscando para fin de año tener envasada la cosecha de marzo de este año”.

Publicado en Diario Jornada.
www.diariojornada.com.ar/
https://www.diariojornada.com.ar/256798/sociedad/vinos_la_opcion_productiva_que_crece_en_el_valle/

viernes, 18 de octubre de 2019

Para captar al público joven, cuatro bodegas argentinas lanzan vino en lata. Las latas serán de 269 y 330 ml. Dilema, New Age y Santa Julia, entre otras, las marcas que se ofrecerán en ese envase.

Cuatro bodegas lanzarán vino en lata en el mercado argentino durante noviembre próximo, un envase ya instalado en el mundo y que apunta sobre todo al público joven, según informaron los establecimientos involucrados en la iniciativa.
El sector cooperativo, de la mano de Fecovita, tiene proyectado lanzar en el mercado interno Dilema, elaborado por Bodega Estancia Mendoza.
Según Fecovita, se proyecta comercializar un millón de latas, con un fraccionamiento de 269 ml, para las variedades Dilema Sparkly Pink, y Dilema Sparkly Blanco.
Franco Lubrano, gerente de Bodega Estancia Mendoza, explicó: "Con este lanzamiento apuntamos a liderar un nuevo segmento asociado a la innovación.
Para este desarrollo la bodega estableció un convenio específico con la empresa Ball dedicada al envasado de bebidas en lata.
En tanto, Bodega Santa Julia, de Familia Zuccardi, pondrá a la venta el próximo mes sus primeros vinos en lata en el mercado doméstico.
A principios de año había lanzado en el mercado de Estados Unidos sus primeros tres productos de vino en lata, fraccionados en ese país.
Ana Amitrano, gerenta comercial de Familia Zuccardi, informó que “en Argentina vamos a lanzar un Chenin Dulce Natural, en latas de 330 cm3”.
Por su parte, Bodega Bianchi saldrá al mercado con New Age, su vino gasificado de menor graduación alcohólica, con este formato.
Adrián Cura, gerente de marketing de la bodega, dijo a Télam que “la lata permite mayor frecuencia (de consumo) y penetración".
En tanto, el Grupo Peñaflor estudia lanzar sus vinos gasificados Frizzé y alguna etiqueta de la sanjuanina Finca Las Moras.
En Estados Unidos, la venta de este formato creció 59,5% en el último año y aunque sólo representa 0,2% del total, es el envase que más crece entre todos los alternativos al vidrio, según un estudio de la consultora Nielsen.
Fuente de información e imagen:
https://www.lavoz.com.ar/negocios/para-captar-al-publico-joven-cuatro-bodegas-argentinas-lanzan-vino-en-lata