sábado, 29 de mayo de 2021

Vinos sin Alma.

 


Vinos sin Alma.

Sigue siendo "moda" en nuestro País y el mundo tener una etiqueta de vino y en algunos casos hasta una Bodega. Por esa situación han pasado desde jugadores de fútbol hasta conductores de TV.


Cuando comienzan a aparecer personas "snob", personas que: según la raíz de la palabra en latín son "sine nobilitate", es decir "sin título nobiliario"; yo no lo asocio a alguien de clase inferior que quiere ser de la clase superior, sino a personas que tienen "ausencia de nobleza en su alma".
Por esto y enfocado particularmente a lo que sucede, donde cada vez mas ricos, famosos y deportistas se inclinan al mundo del vino, a comprar o fundar bodegas, por el solo hecho de tener un objeto mas: un vino; como si fuera una casa o un auto, quería repetir en el blog las siguientes palabras:

"Los ricos contratan a Michel Rolland porque se lo pueden permitir. Compran tecnología porque se lo pueden permitir. Compran tierras en zonas de moda porque se lo pueden permitir. Compran botellas que pesan tanto como el vino porque se lo pueden permitir. Compran estatus porque se lo pueden permitir. Su mundo consiste en "llevar una etiqueta", igual que la gente lleva bolsos de Louis Vuitton impregnados de vinilo. 

Se puede comprar el cuerpo de un vino, pero no se puede comprar su alma."
(Alice Feiring).
Publicado en el blog de Fabián Mitidieri.

miércoles, 26 de mayo de 2021

HERVÉ FABRE: “TENEMOS MUCHAS POSIBILIDADES DE SORPRENDER A LOS MERCADOS”. Dueño de Bodegas Fabre Montmayou, el enólogo fue distinguido por Tim Atkins y nominado como Mejor Winemaker del Año de Vinos Tintos. Nueva línea de Reserva y el cuidado del equipo humano.

 

Hervé Fabre, propietario y enólogo de Bodegas Fabre Montmayou, acaba de ser nominado por tercera vez como “Mejor Winemaker del Año de Vinos Tintos” en la 37º edición del International Wine Challenge. Pionero en el desarrollo de la vitivinicultura de alta gama en Argentina, el 30 de junio sabrá si resultó ganador, tal como ocurrió en 2018. 

Integrante de una familia de comerciantes de vino de Burdeos, se sintió atraído por el impulso de los vinos del Nuevo Mundo y decidió invertir en la Argentina para elaborar etiquetas que combinan la excelencia de terruños locales con el savoir faire francés.

Para eso adquirió viejas fincas de Malbec con vides plantadas en 1908 en Luján de Cuyo, 18 km al sur de la ciudad de Mendoza, a 1.150 metros sobre el nivel del mar. Allí construyó su chateaux.

Años después, llegó al Alto Valle de Río Negro, a 40° de latitud sur, y creó Infinitus, transformando antiguas instalaciones en la primera bodega boutique de la Patagonia a partir de viñedos añejos, de baja producción y cepajes nobles.

El mes pasado, además de su nominación, recibió de parte del renombrado crítico inglés Tim Atkin el apelativo de Leyenda de la Enología, en el marco de su Reporte Especial de Argentina 2021 y como reconocimiento a su larga trayectoria y su gran aporte a la industria nacional del vino. 

Hervé Fabre Mejor Winemaker, los diferenciales.

En diálogo con Vinómanos, Fabre destaca el cuidado que la bodega destina al equipo de trabajo y anticipa proyectos.

¿Qué diferenciales piensa que encuentran los jurados en su labor como winemaker?

Creo que fuimos nominados nuevamente por nuestra perseverancia y empeño en mantener la calidad de los vinos desde hace 30 años, gracias a todos los que trabajan en los viñedos y en la bodega.

¿Cómo ve el panorama de los vinos argentinos en general, y de los tintos en particular?

Desde mi llegada al país y hasta hoy en día, la calidad de los vinos argentinos no ha dejado de crecer. Hay muchas posibilidades de sorprender a los mercados con viñedos nuevos, cortes de vinos inéditos y también profesionales jóvenes que aseguran un buen futuro para nuestra viticultura.

¿Cuáles fueron las características de la cosecha 2021 para la bodega y qué perspectivas comerciales le adjudica?

Ha sido una cosecha con gran calidad y con un volumen de uvas razonable. La gran ventaja que tiene la Argentina sobre otros países productores es una calidad casi constante en sus vendimias, lo que evita altibajos que desorientan al consumidor.

¿Qué similitudes y diferencias manejan hoy entre los viñedos que tienen en Mendoza y los de Patagonia a nivel productivo y comercial?

La gran diferencia que existe entre ambas regiones se debe a que la superficie de viñedos es mucho más reducida en la Patagonia que en Mendoza, lo que limita la oferta: no alcanza para cubrir la demanda de los mercados internacionales. No obstante, la manera de cultivar y elaborar los vinos es bastante igual entre las dos regiones con la diferencia de que en la Patagonia la cosecha empieza más tarde por tener temperaturas más frías y en consecuencia presenta una maduración atrasada de las uvas, en comparación con Mendoza.

¿Cuál es hoy el mayor desafío para la bodega?

Nuestra prioridad es cuidar a nuestra gente que trabaja tanto en los viñedos como en las bodegas, a nivel sanitario y también económico. 

¿Qué proyectos tienen en marcha?

Estamos por lanzar una nueva línea de vinos Reserva, basada en la identidad de nuestros terruños.

Productos

En su bodega mendocina, Fabre ofrece las siguientes líneas de vinos:
    • Fabre Montmayou Grand Vin.
    • Fabre Montmayou Gran Reserva Malbec y Cabernet Sauvignon.
    • Fabre Montmayou Reserva Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay, Syrah y Cabernet Franc.
    • HJ Fabre Malbec/Merlot, Malbec/Petit Verdot, Malbec/Cabernet Franc y Malbec Rosé
    • Phebus Malbec Magnun.

A su vez, desde la Patagonia suma otras dos: Infinitus Gran Reserva Merlot e Infinitus Barrel Selection Malbec y Cabernet Sauvignon. 

Publicado en VINÓMANOS.

https://vinomanos.com/2021/05/herve-fabre-mejor-winemaker/

lunes, 24 de mayo de 2021

Bonarda: el resurgir de una de las uvas más importantes de Argentina. Aunque en los últimos 10 años no se ha producido una importante variación en la superficie plantada con la variedad, sí han crecido la cantidad de etiquetas de Bonarda y los litros de vinos exportados en el mundo.

 


Los datos históricos indican que la bonarda es una de las uvas que ya estaba en nuestro país para los inicios del siglo XX, pero no ha sido hasta la última década que el varietal comenzó a tener cierto reconocimiento dentro y fuera del país.

Pese a que su lugar de origen es la Savona francesa, la Bonarda Argentina se elabora casi exclusivamente en nuestro territorio, ya que, en su tierra natal, donde se la conoce como Corbeau, la producción es casi nula y en Estados Unidos, donde se la llama Charbono, existen apenas un puñado de hectáreas en California.

Llamarla Bonarda Argentina no es un capricho nacionalista o un tema comercial, sino que existe una en Italia que se usa para vinos rosados que también recibe esta denominación, por lo que ese es el modo de diferenciarla.

Si se observan los datos del Observatorio Vitivinícola Argentino hasta el 31 de diciembre de 2020, la bonarda es la segunda uva de alta calidad enológica del país con 18.518 hectáreas en todo el territorio nacional (8,49%), solo detrás del malbec que cuenta con 42.999 hectáreas y el 19,7% del total. La mayor concentración de bonarda se da en Mendoza con 83,53% de la superficie cultivada. De ese total, más de la mitad se concentra en el Este y alrededor del 25% en San Martín.

Según datos de la cosecha 2021 del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la uva bonarda está presente en 11 de las 18 provincias argentinas que cuentan con viñedos: Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Río Negro, Salta, San Juan y San Luis.


Plan Bonarda.

Si bien en todo el país en los últimos 10 años no se ha producido una significativa variación en la cantidad de hectáreas plantadas con esta variedad, sí se ha apreciado una mayor visibilidad en las etiquetas. En parte esto se entiende porque en el año 2011 la Municipalidad de Gral. San Martín estableció como política de Estado el desarrollo y promoción de la Bonarda Argentina. En una asociación público-privada, entre la comuna y aquellos productores que querían revalorizar la uva, más allá de que si eran de

San Martín o no, lanzaron el Plan de Promoción y Desarrollo de la Bonarda Argentina, que en 2020 fue relanzado.

La idea nació a partir de un estudio que demostró el potencial de la bonarda en zonas más cálidas, como es el Este de la provincia. En aquel momento apenas se llegaba a una decena de bodegas que etiquetaban sus vinos con el varietal, mientras que la gran mayoría de la uva era utilizada en cortes por su buena producción. 

Con la exposición lograda con el plan en ferias nacionales e internacionales, el número de etiquetas se multiplicó exponencialmente, alcanzando más 60 en 2018, y se logró revalorizar su potencial enológico, acentuado principalmente la reducción de la producción por hectárea.

Así mismo, con algunos altos y bajos, el crecimiento también se ha visto reflejado en la exportación de la variedad. De 4.084.977 de litros de Bonarda que se vendieron fuera del país en 2011, se pasó a 5.601.770 en 2020, aunque, como ha pasado en el vino en general, la caída en el precio ha sido notable, pasando de 2,25 dólares en 2011 a 1,60 dólares el año pasado, según los datos del observatorio.

Pionero.

Desde hace 20 años, Roberto González, gerente enológico de Nieto Senetiner, emprendió el proyecto de elaborar vinos de alta gama con bonarda. A partir de un viñedo que en aquella época tenía más de 30 años de antigüedad comenzaron a elaborar vinos de alta calidad, con un trabajo desde las plantas, el proceso, el uso de la madera y otros detalles.

“Era una variedad que no tenía demasiado glamour”, reconoció González, pero su trabajo le valió una medalla de oro en el Vinandino del año 2001. Esa premiación la corroboraron con una segunda distinción, esta vez en Vinitaly del 2002, donde le tocó competir con los mejores ejemplares de la patria de origen del varietal, pero salió airoso con otra medalla de oro.

Estos reconocimientos para Nieto Senetiner abrieron camino en la industria e invitaron a otros productores a experimentar en la alta gama con este varietal, algo que se reforzó con el Plan Bonarda, ya ampliado a todos los segmentos.

El compromiso de Roberto González con la bonarda no solo se limitó a los vinos, sino también a la investigación. Así, ha sido invitado a disertar sobre la variedad en Francia y ha viajado a ese país e Italia en busca de la historia de la variedad en Europa y en nuestro país también ha indagado sobre las distintas zonas. En los próximos meses, el enólogo sacará a la venta su libro, donde comparte todos sus años de investigación y su conocimiento sobre la bonarda.

¿Bonarda también en blancos?

Demostrando toda la versatilidad que puede tener el varietal, también hay enólogos que se han animado a hacer un blanco de Bonarda. Blanc de Bonarda -disponible en Tienda Los Andes- llegó un poco por la osadía de la juventud y el espíritu innovador de Matías Morcos.

“Yo era muy chico, todavía estudiante de enología, e iba ya a las ferias y me tocaba servir nuestros vinos en el stand. Me pasaba que la gente se acercaba, probaba algunos vinos, pero me preguntaban qué más había. A partir de eso se me ocurrió darle un plus a la variedad y ofrecer algo distinto. Con la irresponsabilidad de un pibe de 18 o 19 años me mandé a hacer un vino blanco de Bonarda”, recordó el enólogo de Familia Morcos.

Desde aquel momento hasta hoy, la experiencia ha sido muy satisfactoria. “Le ha ido muy bien porque fue algo rupturista en los mercados y en la comunicación. No es porque sea mío, pero en calidad está muy bueno porque es una uva que tiene una versatilidad hermosa”, explicó Morcos.

Además, la bodega sanmartiniana lleva a la cepa emblema del departamento en la línea Familia Morcos, donde presenta un Bonarda de estilo más tradicional. Por otra parte, Matías está llevando adelante un proyecto con pequeños productores del Este en el que intenta revalorizar fincas que han quedado un poco abandonadas y elabora distintos Bonardas con ellos para resaltar su trabajo y el varietal.

Otras expresiones de Bonarda.

Después de Mendoza, San Juan es donde podemos encontrar la mayor cantidad de hectáreas (2.210). Desde allí nace el Mil Vientos Bonarda de Bodega Merced del Estero.

Este vino nace de un viñedo ubicado en La Bebida, Rivadavia, con una altura de 750 msnm, perteneciente a un antiguo brazo del río San Juan, ubicado en una hondonada por donde aún pasa un cauce natural llamado el Estero de Zonda.

Para Sebastián Rodríguez Landi de Merced del Estero, la bonarda “comercialmente es una variedad que no tiene el reconocimiento que se merece”. También contó que es una de las variedades que mejor se adapta a las condiciones climáticas y de cultivo sanjuaninas, dando vinos con niveles de color alto, un perfil aromático frutado predominando la fruta roja, en boca da taninos dulces, acidez agradable y niveles de alcohol moderado.

En Salta, donde hay apenas 48 hectáreas plantadas, el departamento de Cafayate es el que concentra la mayoría con 30. Allí encontramos a Bodega El Porvenir, donde decidieron elaborar un Bonarda que busca mostrar un vino fácil de beber, con mucha fruta y frescura.

Lucía Romero de El Porvenir contó que para lograrlo aprovecharon la frescura natural que le aporta la altura y la amplitud térmica de la zona, sumado a una cosecha temprana. Así lograron un vino que puede acompañar las comidas, pero que también se adapta a distintos momentos de consumo. Debido a la buena aceptación de este vino que lanzaron en 2019, la producción ha ido creciendo y también ha podido  ser exportado a Canadá e Inglaterra.
Publicado en Guarda 14 del Diario "Los Andes" de Mendoza, domingo 23 de

viernes, 21 de mayo de 2021

Los vinos en El Chañar son una marca registrada y se abrieron paso en el mercado exterior en Asia, Europa y gran parte de América.


Etiquetas de primer nivel para todo el mundo.

Los vinos en El Chañar son una marca registrada y se abrieron paso en el mercado exterior en Asia, Europa y gran parte de América.

“La proyección que hay es muy importante. La Patagonia cada año va ganando relevancia en cuanto a vino. Los de San Patricio del Chañar van ganando reputación y prestigio. En una industria hipercompetitiva como la del vino argentino, se logró posicionar de una manera muy exitosa en un período de tiempo corto ( 20 años) y hay en el país bodegas de más de 100 años”, marcó Julio Viola, socio de Bodega Malma e integrante de la familia Viola, que fue pionera de la actividad vitivinícola en la localidad.

“San Patricio del Chañar es el polo vitivinícola más importante de la Patagonia. Hay casi 2.000 hectáreas plantadas con un perfil de varietales y de plantación muy similares”.

dijo Julio Viola, director de Bodega Malma, una de las cinco con exportación.

Malma junto a Bodega Del Fin del Mundo, Bodega Familia Schroeder, Secreto Patagónico y Bodega Patritti (ahora en manos de Peñaflor) son los cinco establecimientos cuyos productos tienen destino internacional.

Sobre expectativas a futuro, las marcó como positivas, ya que empresas como Peñaflor, que es el principal exportador, “puso sus ojos este año en la localidad y tiene pensando hacer inversiones importantes”.

Destacó que la localidad tiene condiciones óptimas para el cultivo de la vid, como “la amplitud térmica, el viento que es un aliado espectacular para prevenir enfermedades, la baja humedad relativa ambiente, las pocas precipitaciones, el sol”.

Dijo que son condiciones que brindan concentración de color, aromática y limpieza. “La sanidad tiene una correlación absoluta con la calidad final del producto”, remarcó el empresario.

Viola detalló que la actividad vitivinícola genera en la ciudad entre 500 y 1.000 puestos de trabajo, dependiendo del momento del año.

Describió que la Bodega Malma en vinos blancos tienen variedades Chardonnay y Sauvignon Blanc, y en tintos Pinot Noir, Malbec, Merlot y Cabernet Sauvignon.

Señaló que el establecimiento apunta “mucho a identificarse con el terruño, a hacer vinos con la mínima intervención y dejando que la naturaleza se exprese en su máximo potencial. Eso para nosotros hace vinos honestos, puros y que se identifican con el lugar donde estamos y que nosotros consideramos que es uno de los mejores terruños que hay en Argentina para elaborar vino de alta calidad”.

De lo publicado en el Diario "Río Negro", 21 de mayo del 2021.

Suplemento Aniversario de San Patricio del Chañar: 

Fruticultura y vinos de calidad.

jueves, 13 de mayo de 2021

Ferruccio Favretto Gran Malbec.



Ferruccio Favretto Gran Malbec.

La Bodega Favretto se encuentra en Villa Regina (Río Negro) y para esta oportunidad les acerco al particular Blend de Malbec de distintas añadas de la etiqueta Ferruccio Favretto. Como siempre la bodega y su enología se encuentran a cargo de Gustavo Favretto.
Este Blend se compone de tres Malbec de diferentes añadas:
50% Malbec 2010 (con 18 meses de paso por barricas de roble francés y americano
30% de Malbec 2017
20% de Malbec 2018
Los vinos fermentan con levaduras seleccionadas a temperaturas de 25°C con una maceración de 15 días. Finalmente se realizan los cortes, se filtran y fraccionan.
Bodega: Favretto
Zona: Villa Regina - Río Negro.

Color: rojo bordó de brillo medio y media intensidad.
Aroma: frutado de fruta ciruelas, mermelada y toques especiados; muy buena integración de su alcohol. Volumen medio de aroma.
Sabor: delicado y suave, con ataque dulce y media a baja acidez. En la boca presenta buen equilibrio de tendencia centro - adelante, con sus taninos presentes y baja sensación de astringencia al final de la cata. Su graduación alcohólica es de 13,9º; tiene cuerpo medio, elegante, y persistencia media.
Valor: $ 500 

Mi Opinión: Muy Bueno 
Conclusión: Suave Malbec Patagónico de Villa Regina (Río Negro) con aromas de ciruelas, mermelada y toques especiados. En la boca se comporta redondo, con muy buen equilibrio y baja sensación de astringencia. Cierra con cuerpo medio, elegante, y persistencia media.
Publicado en el Blog del vino patagónico de Fabián Mitidieri. 

miércoles, 12 de mayo de 2021

Vendió sus relojes de Nueva York para hacer en la Patagonia un vino premiado Instalado desde 2002 en el Alto Valle del Río Negro, Piero Incisa della Rochetta, integrante de una familia de la aristocracia italiana, logró un Pinot Noir considerado en 2020 el mejor del mundo por el crítico de EE.UU. James Suclinkg

 


Y un día, desde Mainqué, en el Alto Valle del Río Negro, Piero Incisa della Rochetta logró que su vino Pinot Noir Chacra Treinta y Dos fuera elegido entre 36.000 etiquetas como el mejor del mundo, en el Ranking Top 100 Wines of 2020 del crítico norteamericano James Suclinkg.

De familia aristócrata de la Toscana italiana e instalado en la Patagonia desde el 2002, supo desde que pisó esas tierras que allí había un potencial enorme. Su entusiasmo por la producción vitivinícola nació en su casa, con su abuelo el marqués Mario Incisa della Rocchetta, que fabricaba en su finca Tenuta San Guido, un vino de la casa (da távola) para consumo familiar llamado Sassicaia, que con el tiempo se convirtió en uno de los más importantes del mundo.

El joven fue creciendo y luego de estudiar en Suiza y Estados Unidos, decidió forjar su propio camino lejos de Italia. Mientras desarrollaba distintos proyectos, un día en una feria de vinos en Nueva York, su prima, la condesa Noemí Marone de Cinzano, le hizo degustar un vino Pinot Noir argentino.

Piero quedó deslumbrado con las virtudes del producto argentino y en 2001 decidió recorrer la región de donde provenía ese vino. Se tomó un avión a Neuquén para visitar viñedos con esa cepa. “Con todos los registros que existían fui recorriendo una a una las plantaciones de Pinot Noir, pero la mayoría ya no existían más. Los productores, al ver que la viña era vieja y que producía poco, las sacaban para reemplazarla por manzanas”, cuenta a LA NACION.

Después de mucho andar, encontró una finca con viñedos muy antiguos en la región rionegrina de Mainqué, que si bien estaba semiabandonada, le vio buenas perspectivas. Volvió a Nueva York y vendió toda su colección de relojes que tenía guardada en un banco para poder alquilar dos hectáreas y media de la finca.

La historia de su familia se entrelaza con la historia misma del estado italiano. “Mario, mi abuelo paterno, era hijo de un importante militar y su madre descendía de príncipes romanos Chigi. Él mismo nació en el Palazzo Chigi, hoy sede de la presidencia de Roma. Luego se casó con mi abuela, que provenía también de una familia tradicional de Toscana, Gherardesca. El conde Ugolino della Gherardesca aparece en la obra de La divina comedia, de Dante Alighieri. Mi abuelo materno también era un príncipe de Firenze”, relata.

Su entusiasmo por la producción vitivinícola nació en su casa, con su abuelo el marqués Mario Incisa della Rocchetta, que fabricaba en su finca Tenuta San Guido, un vino de la casa para consumo familiar llamado Sassicaia

“Cuando yo era chico, Mario me daba a probar los mejores vinos franceses. Era un niño con un paladar de viejo. De él aprendí el respeto y la conservación de la naturaleza. Por eso, la agricultura para nosotros debe ser amigable con el medioambiente”, añade.

En 2003, tuvo su primera cosecha pero no hubo un buen vino. Al año siguiente, la cosa empezaría a revertirse. “En 2004 ya tuvimos una buena producción. Unas 1330 botellas de Pinot y unas 600 botellas de Barda. Con una muestra de esa producción, decidí ir a Verona a una feria anual de vinos. En un primer momento, los italianos prejuzgaron mi vino hecho en la Argentina pero los hice catar y en dos horas ya había vendido toda mi producción. Ahí la prensa especializada empezó a tener interés en nosotros”, dice.

Desde los inicios, consideró que en su bodega eran “una familia de campesinos que trabajaba la tierra, donde la protagonista es la naturaleza y la gente la trabaja con el máximo respeto”. Fue así que vio como fundamental tener una certificación orgánica y biodinámica para su producción: “Por eso la llamé Chacra. Quería usar una palabra autóctona, que tenga valor para los campesinos, sumado a mi responsabilidad de cuidar este lugar para las próximas generaciones”.

A su vuelta de Verona, las inversiones debían continuar. Había que encontrar dinero para comprar la viña, maquinarias, poner luz, agua corriente, construir una bodega así como también reacondicionar los viñedos y poner en marcha una práctica orgánica y biodinámica.

“Ni bien pude, regrese a los Estados Unidos en busca de inversores que se enamoren del proyecto. Pero nadie quería invertir en la Argentina hasta que encontré un señor en el estado de Colorado a quien le vendí el 30% de las acciones de Chacra para financiar la empresa”, describe.

El viticultor insiste en la calidad de su mercadería, donde nunca se va a buscar el camino más corto. “Soy obsesivo con eso. Los vinos que no los considero perfectos no se embotellan. Preferimos ganar menos dinero pero mantener la calidad que buscan y esperan nuestros clientes”, detalla.

En 2017, con Jean-Marc Roulot, como socio, empezó una producción de Chardonnay que en 2019 fue considerado entre los 100 mejores vinos blancos del mundo.

Hoy tiene 23 hectáreas con viñedos de Pinot y 16 hectáreas con Chardonnay, donde trabajan 34 personas de la región. El año pasado se embotellaron unas 6960 botellas. Solo entre un 15% y 25% se vende a vinotecas, coleccionistas y restaurantes del país, el resto se exporta a 30 países, como Estados Unidos, Canadá, Japón, Europa y Singapur, “donde cada etiqueta no se vende a menos de US$200″.

“Los socios nunca recuperaron su inversión. Todas las ganancias se reinvirtieron siempre. Tener esa capacidad económica, me permite experimentar, sin la presión de ganar dinero. Estamos en un experimento permanente siempre, cuando paremos ya no será Chacra”, finalizó.

Publicado en Diario "La Nación".

https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/regionales/vendio-sus-relojes-de-nueva-york-para-hacer-en-la-patagonia-un-vino-premiado-nid10052021/

sábado, 8 de mayo de 2021

El viñedo de Arteaga se implantó en 2019 y esperan la primera cosecha para 2022.

 

Vinos con terruño y memoria santafesina.

En las localidades de Villa Trinidad, Garibaldi, Arteaga y Carreras  

hay viñedos donde se producen distintas variedades.  

La tradición familiar, un eje común.

Cada vino tiene su historia. Y en ese sabor, cuerpo y color se encuentran la tierra, el viento, el suelo, la lluvia, el clima, la historia de donde nació y creció. La región de Cuyo, la Patagonia y el Norte argentino, son cuna de viñedos reconocidos internacionalmente. Sin embargo, se están viendo nuevos emprendimientos en provincias que escapan a estas regiones. En Santa Fe, desde las localidades de Villa Trinidad, Garibaldi, Arteaga y Carreras, hay cuatro experiencias con muchísimos ingredientes en común.

En estas historias estarán presentes Doña Elva, Miguel, Ñato, Pilar y Francisco, padres, abuelos y tatarabuelos. Los recuerdos de aquella parra en verano, de aquel viñedo “que mi abuelo, junto a los vecinos, en época de vendimia, cosechaban”. Están presentes el terruño y la memoria como elementos fundamentales en la constitución del vino. “Lo más importante del vino viene del campo”, coinciden los testimonios.

“Hay mucha cultura italiana en lo que es la vitivinicultura”, cuenta Matías Prieto, un reconocido enólogo que acompaña varias experiencias de viñedos en el país, entre ellas la de Arteaga.

Los inmigrantes europeos que llegaron a finales del siglo XIX y principios del XX traían sus sarmientos en los barcos con el propósito de seguir la tradición de la tierra que dejaban atrás. El sarmiento es el brote que nace cada año. Es la rama de donde salen las hojas, los zarcillos y los racimos. Sobre los sarmientos se realiza la poda de la vid en invierno. Toda esa información también venía en esos barcos.

El vino es agricultura.

Otra de las llaves de esta historia la sintetiza el ingeniero agrónomo Gustavo Recupero: “Haremos el vino con sabor a Carreras. Nunca busques un malbec de Mendoza, no lo vas a encontrar en Carreras que tiene su tierra, su viento, sus precipitaciones y hasta sus bichofeos”.

Según cuenta Fernando Garello, periodista especializado en vitivinicultura, hoy el enólogo “está más en el viñedo que en la bodega. Es que “el vino debe reflejar el terroir de donde viene”. Y profundiza: “El vino es agricultura. El vino tiene un proceso industrial, pero lo más importante viene del campo. Eso es lo que se está recuperando, la fuente del vino es la agricultura y la tradición cultural de la vid. Si vos hablás hoy de un vino de calidad estás hablando de un vino que te dice de dónde viene. El vino nace en el viñedo, el vino de calidad depende de cómo se cultiva, en la bodega se interviene lo mínimo posible, ese es el paradigma del vino a nivel mundial en estos momentos. Hoy, el famoso terroir -terruño- es un concepto que incluye la genética de la vid, el clima, el suelo y la tradición cultural de los agricultores”.

Sin lugar a dudas, Mendoza (75%) y San Juan (19%) siguen siendo las principales provincias productoras de vid. Pero las ramificaciones de los viñedos se distribuyen en gran parte del territorio nacional: “Nos contactan desde Santa Cruz hasta La Quiaca para cumplir el sueño de tener un viñedo propio”, cuenta a Agroclave Fernando López, propietario de un vivero de Mendoza y que participó en la experiencia de Garibaldi.

Todos recuerdan que, por los años 30, el entonces presidente Agustín Justo, firmó un decreto que prohibió producir vino fuera de la zona de Cuyo. “Fue promovida por capitales y empresas de Mendoza”, analiza Fernando Garello. Varias fueron las provincias afectadas. Una de las principales, Entre Ríos (paradójicamente la provincia natal de Justo), donde en 1910 se producían 4.900 hectáreas de vid. Recién en 1998 se derogó el decreto. “Aquella fue una decisión muy controvertida, pero hoy Mendoza es una de las capitales mundiales del vino gracias a esa resolución”, completó.

Prieto enumeró: “En La Rioja, en Jujuy, en Salta, en Chos Malal, Puerto Madryn, en Mar del Plata hay experiencias muy interesantes”. Y Garello analizó: “El paladar argentino está moldeado por el perfil del vino de Cuyo. Cuando tomás un vino cordobés, de Colonia Caroya, lo sentís más vigoroso porque tienen una carga orgánica más grande”.

“Se puede hacer vino en todos lados, pero hacer vino de calidad te lleva generaciones de vitivinicultores, bodegueros y grandes inversiones”, enfatizó.

Vamos con las historias que enfrentaron enemigos en común. Desde las pulverizaciones en campos vecinos hasta las hormigas. Desde el “bichofeo” hasta la cotorra. Ambas aves encuentran en la uva un manjar exquisito. En el norte (Villa Trinidad), en el centro (Garibaldi) y en el sur (Carreras y Arteaga) de Santa Fe.

Villa Trinidad: el tannat no falla.

“Empezamos con mi hermano hace 8 años. Él es ingeniero mecánico y yo ingeniero agrónomo”, cuenta Guido Olivero, de Villa Trinidad, localidad de 3.000 habitantes, ubicada cerca de la triple frontera que une a Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero. Trabaja en el campo con su padre y su tío, donde destinan una hectárea al viñedo.

Cuando llegaron las plantas, armaron las espalderas y arrancaron con la plantación. “Yo me encargué de la parte de manejo de las plantas. Mi hermano hizo un curso de enólogo y se dedicó a la elaboración”.

En este momento tienen 340 plantas de variedad tannat y 60 de cabernet sauvignon. “Con el cabernet, las plantas tienen un desarrollo espectacular, pero no estamos teniendo una buena producción de fruta”, dice Guido, que confiesa que probarán con otro método de poda. “Lo que no falla es la variedad tannat, la calidad de la fruta, muy buen rendimiento”, afirma.

Los hermanos no utilizan agroquímicos, sino que elaboran caseramente un caldo, polisulfuro de calcio, como preventivo y utilizan desechos de la cría de conejos y gallinas para fertilizar. “En cuanto a la elaboración, fue todo prueba y error”, cuenta y amplía: “Los primeros tres años de elaboración fracasaron. El vino estaba apto, pero no era el gusto esperado. Me comuniqué con Inta Mendoza, y me fueron guiando: estábamos errándole a la temperatura de la fermentación. Empezamos a controlarla y cambió la historia”.

En cuanto la forma de elaborar, Guido detalló: “Antes, cosechábamos las 400 plantas, las desgranábamos una por una. Lo único que teníamos era la máquina para estrujar la uva, luego la poníamos a fermentar. Una vez que el vino nos salió bien compramos una despalilladora. Ahora cosechamos a mano e introducimos todo en la máquina”.

El vino se denomina Sombra de Luna, y por el momento “lo probamos entre amigos y conocidos”. La finca donde lo hacen se llama Pifran: “los nombre de los abuelos de mis abuelos, Pilar y Francisco”.

Tienen proyectado agregar más plantas y probar otras variedades como el pinot.

Garibaldi: alerta cotorras.

“Como era algo medio raro, todos querían estar”, cuenta Rodolfo Cornalis, al recordar el día en que plantaron 1.200 vides en la hectárea ubicada en Garibaldi, una localidad de 400 habitantes muy cercana a su María Juana. Allí, junto a su coequiper y amigo Osvaldo Ferratto, dueño del predio, más amigos, familiares y la ayuda de la comuna local que les facilitó herramientas, comenzaron con los pozos: “Pensé que era más sencillo, que la planta era más pequeña. Lo hicimos entre varios que se sumaron sin tener que llamarlos”, recuerda.

Fue en septiembre de 2020. Rodolfo es jubilado, trabajó en la Escuela Agrotécnica de María Juana durante 30 años. Un tiempo atrás, junto a los alumnos, trabajaron el tema de la vitivinicultura en Entre Ríos. Se interesó en la historia y se puso en contacto con un vivero de Mendoza. “Estaba muy preocupado en relación a la conducción de la vid y el alambrado”. Le aconsejaron la conducción libre, sin una estructura permanente. Luego, el tema de la variedad. Un colega de San Juan les aconsejó malbec y cabernet. En conclusión: 400 plantas de malbec, 400 cabernet, 200 syrah, 100 de chardonnay (para tener alguna blanca) y otras 100 de mesa (crimson roja sin semilla). La uva de mesa es aquella variedad de uva que se consume mientras está fresca.

“La uva cabernet es muy vigorosa, creció mucho más que las otras. Pero es pronto para sacar conclusiones. Todas se comportaron muy bien”, afirma.

El objetivo es llegar a producir teniendo como parámetro una planta. “Tenemos que hacer un seguimiento planta por planta para dejar los mejores racimos para obtener uva de muy buena calidad que asegure un vino de iguales características. Esa es la diferencia que podemos hacer con las grandes bodegas. Podemos hacerle a cada planta un seguimiento especial. Que se vuelva a hacer vino, como hacían nuestros abuelos, es algo muy lindo. El vino vuelve así a las fuentes”.

“Si para el año que viene nos dejan algo las cotorras, podremos cosechar”, contó Cornalis. Las plantas más vigorosas dieron algunos racimos, pero cuando comenzaron a madurar, llegaron las aves.

El proyecto a futuro es “poder hacer el vino para nosotros y los amigos. Hay muchas bodegas interesadas en la producción orgánica pero estamos alejados y no tenemos volumen”, analiza.

Arteaga: un vino, una historia.

En octubre de 2019, Luciano Palasesi, junto a su cuñado Gonzalo Vidoret, deciden avanzar en un viñedo teniendo como estandarte la tradición familiar. En esta historia se cruza el joven y reconocido enólogo Matías Prieto, impulsor de varios proyectos en distintas geografías. Matías, Luciano y Gonzalo cosecharon una gran amistad. El primero, comenzó a insistirles en avanzar. “Creo que todos estos proyectos surgen como una aventura. Luciano me invitó a conocer ‘la Elva’, y ahí surgió la idea de plantar un viñedo”, recuerda Prieto. En la plantación colaboró todo el pueblo: los bomberos, la comuna, el médico.

Las plantas fueron compradas en Mendoza a través del “trueque”. Varios salames de “Doña Elva”, la fábrica de chacinados familiar, partieron hacia paladares cuyanos. “Esto es lo que le da algo especial también”, define Prieto. “Acá se unen la pasión con la amistad y la familia que está toda unida detrás de este proyecto”, agrega Palasesi.

Llegaron 3.167 plantas. El mismo número de habitantes de la localidad. Nada es casual. Tiene un sistema gobelet para la conducción. “Es una apuesta nueva”, cuenta Matías. El viñedo tiene una hectárea. Media de cabernet y media de malbec. El objetivo es llegar a los 3000 litros, unas doce barricas.

Miguel, el abuelo, vivió hasta la pandemia: “Nos apuraba con el vino. Pero no llegó. Al menos pudo ver el viñedo plantado en su campo. Es el lugar donde nacieron y lo vamos a defender con todos estos proyectos”, enfatiza su nieto. El nombre del vino vendrá por ese lado. “Miguel era un gringo porfiado. Algún sobrenombre, algún término que él siempre usaba. Irá por ahí”. El sabor de esta historia, seguro estará presente.

Cuenta Luciano: “Antes de la pandemia estábamos bien encaminados con un esquema gastronómico. Si los protocolos lo permiten, la idea es reabrir a finales de mayo en forma de restaurante”. Con la vista hacia el viñedo y la fábrica. Y más adelante a la bodega y las barricas.

Se plantó en 2019 y en 2022 esperan la primera cosecha. “La idea es comenzar a vinificar y evaluar lo que vamos logrando”, explica Prieto. La deriva de alguna fumigación también jugó una mala pasada en Arteaga: “La planta no murió, pero tuvo bastantes dificultades en el crecimiento”.

Hoy, gracias a las precipitaciones, se encuentra bien. Es un tema a tener en cuenta para nuestra primera vendimia del año que viene”, se entusiasma Luciano.

El vino de Carreras.

“Vamos a hacer el Vino de Carreras”, les insistió una y otra vez Ariel Angelini, un enólogo de la localidad que hace muchos años vive en Mendoza. Los hermanos Gustavo y José Recupero - ingenieros agrónomos también-, no tardaron en dejarse convencer por su amigo. Comenzaron con la experiencia en 2016. “Jamás se nos ocurrió hacer un viñedo. Terminó siendo una pasión con la que vivís todos los días”, cuenta a Agroclave Gustavo. Carreras se encuentra en el sur santafesino, a 15 km de Melincué. Tiene unos 2000 habitantes.

“Empezamos con unas 400 plantas”, recuerda. Plantaron días antes de Navidad cuando lo aconsejable es septiembre. Como en todas las otras experiencias, y sin tener que insistir, las manos de varios amigos limpiaron el predio, hicieron los pozos y enterraron las plantas una por una. Regaron y al otro día “cayeron 150 mm. Se inundó todo. Era el fin. Pero no, fueron brotando todas las plantas”, respiró el emprendedor.

Las variedades son bien diferentes: chardonnay, ancellotta, bouquet (uva tinta para mezclar y darle color) y cabernet sauvignon.

Dicen que la estructura de las moléculas de agua -elemento básico para la vida- tiene la forma de una pirámide de 51º 51´y 14”. Dicen que es el mismo ángulo de las caras de la Gran Pirámide de Giza con respecto a la base. Sí: la plantación la concretaron pensando en este concepto: energía y biodinámica. El ángulo de la base mira al norte magnético. “Contarlo resulta fácil, pero estuvimos 3 días armándolo”, cuenta Gustavo.

“Tuvimos problemas con las cotorras, pero más con los benteveos. Nunca imaginamos que en Carreras había tantos bichofeos. Hicieron un desastre”, lamenta. Al otro año, ampliaron con 400 plantas más de cabernet franc y chardonnay. “Esta es la variedad que funciona muy bien”, cuenta. Dos veces tuvieron problemas con fumigaciones (pulverizaciones). La primera en 2017, por un vecino que fumigó con 2,4D a 80 metros. “Nos hizo un desastre. Tuvimos que empezar de nuevo. Provocó epistasis e hipertrofia. La planta comenzó a crecer desmesuradamente. Optamos por lavarlas. Era una selva. Tuvimos que hacer poda de formación otra vez. Se murieron unas cien. El año pasado otra vez: a 500 metros, un inconsciente fumiga con un viento a 30 km/h. Al décimo día, todos los zarcillos (una parte de la vid) estaban doblados. Pensamos en 200 litros de chardonnay, hicimos 100”.

El establecimiento se denomina “El Ñato”, como le decían al padre de José y Gustavo. “Soñaba con un quincho para jugar con los nietos en su vejez. Pero no lo pudo usar. Allí es donde está el viñedo. Allí está la pequeña bodeguita, todo rodeado de coníferas como proyectaba papá”, cuentan sus hijos.

“Tenemos la bodeguita con todos los elementos. La fermentación alcohólica la hacemos en tambores plásticos. La fermentación maloláctica se hace en damajuanas viejas de vino que nos dieron vecinos del pueblo. Ahí hacemos la segunda fermentación. Luego la embotellamos. Tenemos la prensa, el medidor de PH, de grados brix, el densímetro”, explican.

“Cuando es época de cosecha, vamos todos. Sacamos de diferentes racimos y medimos los grados brix. Tuvimos que sacar con 21 pero ya empezaba a perder calidad, seguramente por la fumigación. Será el vino con gusto de Carreras. Con su tierra, su viento, su aire, su historia y sus bichofeos. Nunca busques el malbec de Mendoza en Carreras”, concluye.

Desafíos.

Repasando las experiencias santafesinas, puede trazarse una línea de coincidencias. Todas utilizaron riego por goteo para asegurar una buena brotación, no más. Por estos lados, a diferencia de Mendoza, las precipitaciones por sí solas cumplen con las necesidades de agua.

Por otro lado, los sistemas para conducir a las plantas son dos. Uno es de espaldera (el más utilizado en Mendoza), esto es una estructura formada por alambres y postes sobre los que crecerán las ramas de la vid. Otro es el gobelet o libre, sin una estructura permanente de conducción, que viene bien en esta zona. Lo que se busca es mejorar el sistema de aireación. Al estar lejos del suelo, tiene menos contaminación de hongos e insectos.

La paciencia es otro pilar en común. Para que una planta sea productiva, con un volumen importante, hay que esperar. “Los mejores vitivinicultores de Mendoza, a los 18 meses, tienen un nivel de producción muy alto. Por lo general, después del segundo verde, todas las plantas dan algún racimo de uva”, explica López. “Al tercer año se junta un volumen importante. Y a partir de allí, comienza a aumentar la producción. Al sexto o séptimo alcanza el máximo y se mantiene durante bastante tiempo”, explica Rodolfo Cornalis desde Garibaldi.

Las cuatro experiencias, se sustentan bajo prácticas agroecológicas para el control de plagas. En Villa Trinidad, Guido Olivero fabrica “un caldo para combatirlas” que contiene azufre y cal. En cuanto a las variedades, está todo por descubrirse y cada experiencia es diferente. “Cada finca es un mundo, cada planta es un individuo diferente”, asegura López.

La época de plantación es en septiembre y la cosecha entre febrero y marzo, depende las condiciones de cada año y el varietal. Es que la fecha exacta de cosecha depende del contenido de azúcar de la uva. Así lo cuenta Guido Olivero, de Villa Trinidad: “El día que la uva está para hacer el vino la tenés que hacer, no podés esperar. El contenido de azúcar en la uva se mide en grados Brix. Yo estoy cosechando con 23 grados Brix. A mayor cantidad de grados, mejor será la calidad. Más azúcar, más alcohol. Por ejemplo, un vino de alta guarda es un vino que vale mucho porque hay que esperar que la uva llegue a niveles altos de azúcar. Esa espera significa mayor pérdida de uva”.

Publicado en Diario "La Capital" de Rosario.

Imagen de la misma publicación.

https://www.lacapital.com.ar/economia/vinos-terruno-y-memoria-santafesina-n2659378.html

domingo, 2 de mayo de 2021

Bodegas de Argentina renovó autoridades en forma virtual: ¿quiénes forman la nueva comisión?

 


La cámara vitivinícola de la República Argentina, que nuclea a más de 200 bodegas de todo el país, renovó su directorio. En la nota, los detalles.

Se realizó la Asamblea Anual de Socios de Bodegas de Argentina en la que se aprobaron la Memoria 2020, el balance de Estados Contables del ejercicio 2020 y se conformó el nuevo Directorio de la institución.

Este encuentro tuvo por segundo año consecutivo, una modalidad virtual y contó con la asistencia de más de 45 socios y autoridades de la cámara.

Luego de leer la Memoria, Patricia Ortiz, Presidente de la cámara, expresó su agradecimiento al Comité Ejecutivo, a los miembros del Directorio y al equipo de Bodegas de Argentina.

Además, Ortiz destacó la gestión del Director Ejecutivo, Juan Carlos Pina, quien se retira formalmente de su cargo luego de esta Asamblea, y deja su lugar a Milton Kuret, quien gestiona el equipo operativamente desde el mes de febrero de 2021.

“Quiero agradecer especialmente a Juan Carlos Pina por sus 29 años de gestión dentro de esta entidad y desearle mis mejores éxitos a Milton quien asume sus nuevas funciones en el mismo cargo. También, quiero destacar que las asambleas son un excelente momento para repasar lo que se hizo y proyectar las acciones futuras. En este año en particular nos encontramos evaluando un año distinto en el que resulta muy necesario escuchar las necesidades que tienen los socios y prepararnos con los cambios que sean necesarios para tener éxito en el sector vitivinícola”, expresó la Presidente de la entidad.

El Comité Ejecutivo quedó compuesto de esta manera: 

Presidente Patricia Ortiz - Fincas Patagónicas S.A.- Bodega Tapiz

Vice Pte. 1º - Francisco Do Pico - Grupo Peñaflor S.A.

Vice Pte. 2º  - Santiago Ribisich - Bodega Argento S.A.

Secretario - Daniel Catalá - R.P.B. S.A.

Pro Secretario  - Ramiro Barrios - Clos de los Siete S.A.

Tesorero - Marcos Jofré - Trivento Bodegas y Viñedos S.A.

Pro Tesorero - Marcelo Farmache - Artel Inc. - Bodega Piattelli

DIRECTORES TITULARES

Bodega Norton S.A.

Bodega Dante Robino S.A.

Bodegas Chandon S.A.

Bodegas Esmeralda S.A.

Bodegas Salentein S.A.

Bodegas Valentín Bianchi S.A.

Bodegas y Viñedos Augusto Pulenta S.A.

Bodegas y Viñedos Hugo y Eduardo Pulenta S.A.

Bodegas y Viñedos Crotta S.A.

Bodegas y Viñedos López S.A.

Bodegas y Viñedos Pascual Toso S.A.

Cabrini Fernando y Cabrini Hugo - Cuarta Generación

Dominio del Plata S.A.

Establecimiento Humberto Canale S.A.

Finca Agostino Hermanos S.A.

Finca Flichman S.A.

Finca La Celia S.A.

Grappolo S.A.

La Riojana Cooperativa Vitivinifrutícola de La Rioja Lda.

Leoncio Arizu S.A.

Los Haroldos S.A.

Molinos Río de la Plata S.A. - Bga Nieto Senetiner

Pernod Ricard Argentina S.R.L.

Roca S.A.

S.A. Establecimiento Vitivinícola Escorihuela

Viña Doña Paula S.A.

Viñas del Sol S.R.L.- Bodega Sin Fin

Viñedos de la Patagonia S.A. - NQN

WHT S.A. - Bodegas y Viñedos Huarpe

DIRECTORES SUPLENTES

Bodega Chañarmuyo S.A.

Bodega Tittarelli S.A.

Bodegas Fabre S.A.

Bórbore S.A. - Bodega Pie de Palo

Casa Montes  S.A.

Clement S.A.

Dolium S.A.

Grupo Colomé S.A.

Kaiken S.A.

La Rural Bodegas y Viñedos S.A. Ltda.

Lagarde S.A.

Masi Tupungato Vigneti La Arboleda

Polo Bodega y Viñedos S.A.

Victorio Altieri y Cía S.A.- Bodega Vinorum

Vinificadora Aconcagua S.A. - Bodega Cruzat

REVISORES DE CUENTAS TITULARES

Beau Lieu S.A.- Bodega Mendel

RJ Viñedos S.A.

Viñedos y Bodegas Carlos González Videla S.A.

REVISORES DE CUENTAS SUPLENTES

Bodega Antigal S.A,

Casarena Viñedos y Bodega S.A.

Domaine Le Billoud S.A.

VICE PRESIDENTES REGIONALES

Mza Luján - Maipú - Juan Carlos Caselles -  Viñas del Sol S.R.L.- Bodega Sin Fin

Neuquén - Julio Viola - Viñedos de la Patagonia - NQN

Río Negro - Guillermo Barzi - Est. Humberto Canale S.A.

San Juan - Mario Pulenta -  Bgas. y Viñ. Augusto Pulenta S.A

Mza Valle de Uco - Juan Molina - Bodegas Salentein S.A.

Mza Zona Este - Carlos Crotta  -  Bodegas y Viñedos Crotta S.A.

Mza Zona Sur - Rafael Calderón -  Bodegas Valentín Bianchi S.A.

EX PRESIDENTE

Angel Vespa Bodega - Chandon S.A.

Walter Bressia - Grappolo S.A.

REPRESENTANTE DE LAS PEQUEÑAS BODEGAS

Alejandro Roca Roca S.A.

https://www.mdzol.com/mdz-divinos/2021/5/1/bodegas-de-argentina-renovo-autoridades-en-forma-virtual-quienes-forman-la-nueva-comision-156035.html