miércoles, 30 de junio de 2021

Nat Charmat: de qué se trata el método de espumosos que con el que innova una bodega mendocina.

 

GUARDA14

Nat Charmat: de qué se trata el método de espumosos que con el que innova una bodega mendocina.

Con una combinación de los métodos Pet Nat y Charmat, el enólogo Tomás Stahringer se propuso lograr un vino que logre potenciar todos los aromas y sabores primarios de la uva y con una menor graduación alcohólica.

Aunque en la historia de la vitivinicultura parece que está todo hecho, todavía queda espacio para la innovación. Con el objetivo de lograr un vino espumoso que logre conservar todos los aromas y sabores primarios de la uva, Tomás Stahringer, enólogo de Vinyes Ocults, creó el Nat Charmat, un Brut Nature de 100% Pinot Noir que se elabora con la combinación de los métodos Pet Nat y charmat.

Nat Charmat: de qué se trata el método de espumosos que con el que innova una bodega mendocina
EL NUEVO MÉTODO COMBINA EL ANCESTRAL CON EL CHARMAT. - GENTILEZA

Aunque en la historia de la vitivinicultura parece que está todo hecho, todavía queda espacio para la innovación. Con el objetivo de lograr un vino espumoso que logre conservar todos los aromas y sabores primarios de la uva, Tomás Stahringer, enólogo de Vinyes Ocults, creó el Nat Charmat, un Brut Nature de 100% Pinot Noir que se elabora con la combinación de los métodos Pet Nat y charmat.

“Es muy interesante por los aromas y sabores, la calidad de la burbuja, la graduación alcohólica de 9,8°, algo que cada vez más busca el mercado, y por el nivel de añadido sulfuroso que es muy bajo, solo en el ingreso de la uva a la bodega”, contó a Los Andes Stahringer.

A nivel general, un vino espumoso se logra a partir de una segunda fermentación, ya sea en botella, el método tradicional o champenoise, o en tanques, en el método charmat. En tanto que en los Pet Nat, conocido como método ancestral, da vinos naturales ligeramente espumosos que entran en la categoría de frizzantes, con una sola fermentación que se da en botella.

Tal como explicó el enólogo, el Nat Charmat podría considerarse como un vino elaborado con el método ancestral, en el que se reemplazan las botellas por los tanques que se usan en el método charmat. “De todo lo que pudimos averiguar, no hay algo así en Argentina”, afirmó.

¿Cómo nace el Nat Charmat?

Desde hace un tiempo,Tomás Stahringer inició la búsqueda de esta técnica con el objetivo de conservar en el producto final los aromas y sabores primarios que nacen en la uva. “En el caso del Pinot Noir, se expresan un montón de pequeños detalles. En todos los clones que hay, es una variedad que se caracteriza por la elegancia, la sutileza o la fineza, pero no por ser terriblemente explosivo en aromas y sabores”, dijo sobre la variedad elegida.

Estos aromas primarios generalmente se pierden en un espumante o empiezan a aparecer aromas secundarios de la fermentación. Teniendo en cuenta que en el método charmat o el tradicional hay dos fermentaciones, se pierden muchos de esos aromas. Así, a partir de la experiencia de varios de sus colegas con el Pet Nat, degustación de este estilo de vinos en Estados Unidos y el conocimiento adquirido en el tema, Stahringer se animó a reversionar este tipo de elaboración con una nueva impronta.

“Los Pet Nat, en la legislación argentina, pertenecen a la categoría frizzantes, ya que no reúnen una presión no inferior a cuatro atmósferas que el INV requiere para la categoría de vinos espumosos. Además, la burbuja es mucho más gruesa y un poco más molesta, por decirlo de un modo, en el paladar. Y por ahí los aromas y los sabores no son tan puros de la variedad”, argumentó.

Con este escenario fue que pensó que podía lograr un espumante de una sola fermentación con el método charmat, a partir de una uva pinot noir y con todo el ‘know how’ que le ha dado la experiencia de once años elaborando espumantes con charmat.

El proceso del Nat Charmat.

En el paso a paso de la elaboración del vino, el enólogo de talló que llega la uva a la bodega, se prensa y se obtiene jugo de uva. De ahí, se envía a los tanques con alta presión. En la primera etapa de la fermentación no se retiene la presión, porque los tanques explotarían, por lo que se deja abierta una de las válvulas de purga de gas carbónico. “Esto es hasta que hay 8,4 grados de alcohol. Allí se cierra la válvula y comienza la toma de espuma, siempre en la misma cinética de fermentación. Luego, se abre el frío y, por un llenado iso barométrico -con igualdad de presiones- termina en la botella sin filtrar”, sostuvo Stahringer.

El resultado es un Brut Nature, ya que contiene seis gramos de azúcar natural de la uva. “Me constó bastante que el INV entendiera cómo lo habíamos hecho, porque no entraba en los parámetros previos que ellos tenían”, contó.

A pocos días de salir a la venta, las críticas al producto final son muy buenas: “Con los colegas que he compartido este Nat Charmat han quedado fascinados y los consumidores que lo han probado se han sorprendido”, expresó. Sin embargo, el enólogo reconoció: “No sé cómo evoluciona este vino. Apoyado en la base teórica y la experiencia, se trata de un vino joven de consumo del año”.

Publicado en GUARDA 14 del Diario "Los Andes" de Mendoza, miércoles 30 de junio del 2021.

https://www.losandes.com.ar/guarda14/nat-charmat-de-que-se-trata-el-metodo-de-espumosos-que-con-el-que-innova-una-bodega-mendocina/

sábado, 26 de junio de 2021

Falleció a los 96 años Alejandro Orfila, reconocido diplomático y bodeguero mendocino. Fue embajador argentino en Estados Unidos y Japón. Tras alejarse del ámbito político, estuvo al frente de Viñedos y Bodegas Orfila.

ALEJANDRO ORFILA, RECONOCIDO DIPLOMÁTICO Y BODEGUERO MENDOCINO. FOTO: GENTILEZA / THE SAN DIEGO UNION-TRIBUNE.
ALEJANDRO ORFILA, RECONOCIDO DIPLOMÁTICO Y BODEGUERO MENDOCINO. 

FOTO: GENTILEZA / THE SAN DIEGO UNION-TRIBUNE.

Durante el transcurso de este viernes, se conoció una triste noticia: falleció Alejandro Orfila, reconocido diplomático y bodeguero mendocino. Estaba viviendo en San Diego, Estados Unidos, y tenía 96 años.

Según cuenta el periódico “The San Diego Union-Tribune”, Helga Orfila, su esposa desde hace 44 años, destacó que su marido falleció en paz, rodeado de sus seres queridos en su casa del norte del condado. Dijo que estaba “listo para irse, después de disfrutar de una larga y extraordinaria vida”.

Durante sus 38 años de carrera como diplomático internacional, Orfila ascendió desde el puesto de funcionario del servicio exterior hasta el de embajador.

Y de 1975 a 1984 fue elegido secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), foro que hoy vela por los intereses de 35 Estados miembros de América del Norte, del Sur y de América Latina. Su mayor logro en la OEA fue facilitar la firma en 1977 del Tratado del Canal de Panamá entre Estados Unidos y Panamá. También trabajó con el presidente Jimmy Carter para reactivar una comisión sobre los abusos de los derechos humanos en América Latina.

Su historia.

Orfila nació el 9 de marzo de 1925 en Mendoza, donde su familia lleva elaborando vinos desde 1905. Al igual que su padre, que fue gobernador de la provincia de Mendoza, Orfila se sintió más atraído por la política que por la viticultura desde muy joven. Tras estudiar derecho en la Universidad de Buenos Aires, se trasladó a Estados Unidos para estudiar política en la Universidad de Stanford y comercio exterior en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans.

En 1946 se convirtió en secretario de embajada en el servicio exterior argentino y en los años siguientes fue nombrado en las embajadas de Moscú, Varsovia, San Francisco, Nueva Orleans y Washington, D.C. Orfila también sirvió durante un tiempo como director de relaciones públicas de la OEA y más tarde fue nombrado ministro argentino en los Estados Unidos. Una de las anécdotas favoritas de Orfila de esta época, dijo Capen, fue llevar al presidente Dwight Eisenhower en un viaje de pesca a la pequeña ciudad argentina de Bariloche en la Cordillera de los Andes.

En 1960, Orfila fue nombrado embajador de Argentina en Japón, donde estuvo tres años antes de volver a la vida privada como consultor en finanzas internacionales y asuntos económicos en Washington, D.C. Capen dijo que Orfila pasó gran parte de su carrera entrando y saliendo del servicio diplomático a medida que las nuevas administraciones entraban y salían de Argentina. Pero Capen dijo que Orfila era tan apreciado y capaz, que continuamente era llamado a volver al servicio.

En noviembre de 1973, Orfila fue nombrado embajador de Argentina en los Estados Unidos, donde estuvo dos años antes de ser elegido secretario general de la OEA.

Tras retirarse de su carrera política, estuvo al frente de Viñedos y Bodegas Orfila.

Publicado en Diario "Los Andes", viernes 25 de junio del 2021.

https://www.losandes.com.ar/guarda14/fallecio-a-los-96-anos-alejandro-orfila-reconocido-diplomatico-y-bodeguero-mendocino/

lunes, 21 de junio de 2021

Vinos espumosos: cuáles son las diferencias entre el método charmat y el champenoise. Repasamos de la mano de expertos cuáles son los rasgos distintivos de uno y otro método utilizado para lograr las burbujas.


Lo que distingue a los vinos espumosos del resto, es que para lograr esas burbujas que los hacen diferentes pasan por una segunda fermentación donde se concentra el gas carbónico que luego se libera cuando se destapa la botella. Este paso puede realizarse de distintos métodos y los más utilizados son el tradicional o champenoise y el charmat.

La principal diferencia entre uno y otro método de elaboración de espumosos es el lugar donde se realiza esta segunda fermentación. El método champenoise es el más antiguo y tiene lugar en la botella. Antes de iniciar se le añade una mezcla de azúcar y levaduras, llamado licor de tiraje. Luego, las botellas se cierran y se colocan inclinadas boca abajo durante determinado tiempo. Para completar el proceso, se realiza el degüelle para retirar los sedimentos de la fermentación, se rellena la botella y se coloca el tapón tradicional. En tanto, en el método charmat, la segunda fermentación se da en grandes tanques de acero sellados.

Usualmente, pueden existir algunos mitos y prejuicios sobre uno y otro tipo de elaboración. Pero Ana Paula Bartolucci, enóloga de Chandon, explicó que ellos elaboran con los dos métodos y que esto no hace a la calidad final del producto, si no a su estilo. “Por lo general, hay un prejuicio de pensar que el método tradicional es más cualitativo que un método charmat, pero en realidad nosotros confiamos en que es calidad viene dada por la materia prima y el proceso de los vinos base”, sostuvo.

Lo mismo opinó Diego Polo, de Polo Bodega y Viñedos, donde cuentan con capacidad de 240.000 litros y una producción anual de 1,5 millones de botellas al año y solo elaboran con método charmat. Para él, la clave de un buen espumante está en el vino que utilizan como base.

¿Cuánto tiempo demanda cada uno?

En este punto encontramos una de las diferencias más significativas. La enóloga de Chandon contó que en su caso en el método tradicional, lo mínimo que pasa en botella en contacto con la levadura son 18 meses. “Esto va a hacer que la acidez del producto se vaya amalgamando, que se desarrollen otros aromas y otros sabores, como frutos secos, y que gane en complejidad”, expresó.

En cambio, en un método charmat, la segunda fermentación dura entre 20 y 30 días, por lo que después de ese tiempo ya puede sacarse del tanque como un espumante. “Nosotros le damos el tiempo que necesita cada uno de los cortes. Por ejemplo, en el Extra Brut lo dejamos seis meses en contacto con la levadura, para lograr esa redondez y esa acidez en boca que buscamos en este tipo de vino. En otros productos quizás el ideal es tres meses, pero eso lo vamos definiendo según el producto, lo ideal es que no sea una fórmula matemática, si no lo que cada uno necesita”, consideró.

¿El método champenoise es mejor que el charmat?

Uno de los prejuicios más frecuentes sobre los vinos espumosos es que los elaborados con método champenoise son mejores que uno logrado con charmat. Esto no es necesariamente así. Para Bartolucci esta idea puede surgir de los tiempos de elaboración que demandan cada uno y la posibilidad de obtener espumantes mucho más rápido con el charmat, sumado a la corta rotación de los tanques que pueden hacer algunas bodegas. “Al hacer esto, no se termina de amalgamar bien la burbuja y puede quedar tipo gaseosa si se saca mucho tiempo antes. A su vez, se puede usar un vino base que no es de la mejor calidad. Estos y otros factores sumaron a crear una crítica al método charmat”, consideró.

Por su parte, Diego Polo consideró que hablar de calidad en uno y otro método es algo subjetivo, ya que se trata de un terreno que está sujeto a las tendencias y preferencias de consumo. “Los dos métodos pueden dar productos de muy mala o excelente calidad. La clave está en los vinos base. Mucha gente prefiere el charmat que, por ejemplo, en nuestro caso, ofrece fruta, aromas, frescura y buena acidez”.

En la misma línea se expresó la enóloga de Chandon: “Hoy en día, nos ha pasado con algunos de nuestros espumantes que la gente cree que se trata de un método tradicional y en realidad se hace con charmat. Nosotros hacemos hincapié en la calidad del vino base y que el método da el estilo. Tranquilamente a uno le puede gustar un espumante fresco y frutado y ni siquiera sabe si está elaborado con uno u otro método. También pueden pensarse para distintos momentos de consumo”.

¿Es más caro un método champenoise que uno charmat?

Al ser diferente el tiempo que demanda uno y otro método existe una diferencia económica en su implementación. Diego Polo consideró que son los costos de elaboración los que hacen el diferencial. “Los insumos son casi los mismos, pero lo que cambia en el champenoise es que es un trabajo que se hace botella por botella, mientras que el charmat nosotros lo hacemos en tanques de 10.000 a 20.000 litros. Además, el método tradicional implica mucho más tiempo, ya que el mínimo es de tiempo en botella es de seis meses a un año, mientras que el charmat alcanza con 35 días”, argumentó.

Así mismo, el charmat, por la rotación de los vinos en los tanques, permite elaborar más cantidad de litros en un mismo periodo de tiempo.

¿Cómo se logran las diferencias de estilo?

Ana Paula Bartolucci contó que en Chandon ya desde la uva diseñan el producto para que vaya a uno u otro método. “Hacemos esta diferenciación buscando un estilo más fresco, frutado, más simple y más fácil de tomar en el método charmat y en el método champenoise buscamos un estilo más complejo, con un toque de levaduras, acidez natural más marcada. Así, cuando armamos los cortes ya sabemos a qué método va a ir”, comentó.

¿Se puede diferenciar el método a simple vista a partir de las burbujas?

Según Bartolucci, este punto se trata de uno de los grandes mitos acerca de los métodos. “La burbuja se da por distintos factores: la calidad del vino base y la temperatura a la que se hace la segunda fermentación. Muchas veces pasa que servís de una misma botella y se puede ver en las copas que las burbujas se comportan de manera diferente. Esto puede ser porque en cada copa puede haber distintos núcleos que hacen que se desprendan las burbujas, como por ejemplo una microfibra de la servilleta que se usó para fajinarlas. Lo importante es juzgar la burbuja por lo que uno siente y la estructura que nos da en la boca y no tanto por lo que se ve”, estimó la enóloga.

Por su parte, Polo sostuvo que es algo que se puede lograr, pero que requiere de cierto entrenamiento. “Por ejemplo, un charmat lungo se asemeja al champenoise corto, por lo que puede confundir a cualquier paladar que no está entrenado si se los prueba juntos. Si se presenta un charmat corto con un champenoise largo, ahí sí son notables las diferencias”, completó.

Publicado en GUARDA 14 del Diario "Los Andes", jueves 17 de junio del 2021.

https://www.losandes.com.ar/guarda14/vinos-espumosos-cuales-son-las-diferencias-entre-el-metodo-charmat-y-el-champenoise/

domingo, 20 de junio de 2021

De excéntrico bodeguero a la servidumbre eólica: Muñoz de Toro, el millonario crédito que Neuquén no recuperará. El jueves fracasó el tercer remate sobre el proyecto de 180 hectáreas. El Estado apenas consiguió 15 de los 121 millones que le debe el empresario, que ahora se beneficia de un parque eólico en la provincia.

 

Las 180 hectáreas, divididas en cuatro lotes, que forman la bodega Valle Perdido en El Chañar son el marco para el inicio de un tour del abandono y el abuso de los fondos públicos que contempla vides secas e inmuebles vandalizados. El jueves pasado fracasó el tercer remate que arrastran los bienes adquiridos en 2005 por el excéntrico abogado Fernando Muñoz de Toro, los dos anteriores fueron en 2017 y 2018, y el Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo (Iadep) vio esfumarse el anhelo de una reactivación del proyecto.

Claudio Garretón, titular del Iadep, guardaba expectativas porque el juez de la quiebra de Muñoz de Toro Patagonia, la firma creada por el empresario y su esposa Virginia Alimonda, había aceptado vender en lote los 110 artículos de la bodega. Especulaba que algún interesado se alzara con todo el equipamiento, con base en $92,7 millones, y además del recobro de parte del crédito se pudiera iniciar una conversación para refuncionalizar el emprendimiento. Solo hubo llamados por piezas puntuales, entre ellas dos cubas de roble francés, y emisarios de bodegas vecinas que fueron en modo espía.

Muñoz de Toro desembarcó comprando los bienes -y deudas- del proyecto a Langber, la única firma del polo bodeguero que pese al financiamiento blando del Estado no pudo terminar de montar el desarrollo, iniciado en 2002. En 2007 embotelló las primeras botellas con un malbec cosecha 2006 y llenó páginas en los medios con las promesas de inversiones y obscenos detalles de productos exclusivos y lujos. Con el paso de los años se supo cada vez menos de él y en 2017 envío los telegramas y desapareció dejando una deuda -actualizada- de 121 millones de pesos.

Según dijo Garretón a RÍO NEGRO solo pagó $11 millones y se recuperaron unos 4 ó 5 millones por la segunda subasta, donde se remataron bienes del hotel que montó en la bodega: sillones, vajilla y un dibujo, que creen era auténtico, de Raúl Soldi. El empresario en su raid inversionista también había adquirido la bodega vecina a Adolfo Grittini, que también tenía deudas con el Iadep, pero esta vez no cumplió con nadie. Desde el ente no hay una explicación del caso, pero aseguran que es la excepción -pese a que algo similar pasó con Dos Andes Wine que la familia Vidal le vendió Bethia y luego volvió a cambiar de manos-, porque la mayoría de los proyectos están en marcha, con 2.000 empleos creados, y con una devolución del 40% de los $468 millones prestados para la creación del polo.

I. El seductor Muñoz de Toro
Quienes conocieron al empresario, hoy de 58 años, piensan cada palabra antes de usarla. En una entrevista dijo que le gustaba leer sobre “física cuántica, temas de meditación y distintas religiones”.

También declaró que hacía mucho ejercicio, incluso que cuando estaba la bodega salía a correr entre los viñedos. Cuando llegó a Valle Perdido, tenía apenas dos años en el negocio de los vinos, pero supo seducir del exgobernador Jorge Sobisch y a sus ministros con anuncios de inversiones y extravagantes lujos que, ni hasta con la entonces desconocida Vaca Muerta, podrían llegar a imaginarse.

Así fue como anexó el hotel -aclaran del Iadep con fondos propios- que contaba con 20 habitaciones “de nivel internacional”, piscina, wine bar, sala de habanos y spa, pero que hoy es casi una ruina y con riesgo edilicio. El lujo fue efímero y duró apenas dos años, porque las lluvias de 2012 bajaron con fuerza de la barda y movieron los cimientos de la media luna construida frente a la bodega.

II. El enólogo abandonado
Ya escondido de los flashes para los que posó casi sin sonrisas, tuvo un accidente minutos antes de volar hacia Neuquén. Fue atropellado frente a Aeroparque. La historia cuenta que viajaba para intentar resolver los reclamos del Iadep. Una vez recuperado de las graves heridas recibidas, nunca más volvió a la región. Solo hubo noticias de él cuando un lunes de 2017 bajó su secretaria y entregó en mano, uno por uno, los telegramas de despidos en la bodega.

Ese día no se le borrará a Mauricio Tores. Fue el último enólogo que tuvo Valle Perdido y hoy es el cuidador del predio y además da clases en la escuela agropecuaria de la localidad. También recuerda las épocas de oro del proyecto y los dos años que vivió en la habitación 4 del hotel. Sin perder el acento mendocino cuenta que el empresario iba muy poco en el último tiempo y que manejaba todo por teléfono y correo electrónico.

Si alguien confía en las vides de Valle Perdido, es Tores. Recuerda la década que estuvo todo en producción y las exportaciones a siete países. En internet ya no se consiguen botellas de Muñoz de Toro Patagonia, pero si hay reseñas en sitios especiales que destacan apenas una aceptable relación de precio y calidad.

Pese a que en cada vendimia se trajo uva de Mendoza y Sierra de la Ventana para completar la producción, Tores cree que es cuestión de reactivar el moderno sistema de riego que supo tener la finca para que todo vuelva a funcionar. A simple vista no suena convincente.

III. Precuela: más tierras
Valle Perdido, bautizada así por el matrimonio Muñoz de Toro como un homenaje “a los que buscan la tierra donde ser felices”no fue el único ni el primer negocio que el abogado tuvo en Neuquén.

Con un mecanismo similar, junto a un socio, adquirió en 2002 una porción de una estancia en el Limay Medio: Fortín Nogueira. El proceso, como reseñó el periodista de este medio Jorge Gadano, tuvo idas y vueltas que terminaron con la inscripción de la absorción de la deuda, con el BNA y el Iadep, a nombre de una SRL. El proceso fue denunciado por uno de los tres hermanos de la familia Dehais, propietarios originales del campo y las deudas contraídas. El proceso, por la posesión del lote que tiene 35 kilómetros de costa en el Limay, sigue judicializado.

Muñoz de Toro no terminó bien con su socio. En este caso se trató de Alberto Artemio Rossi, cuñado del expresidente Mauricio Macri por estar casado con una hermana de Juliana Awada, y nacionalmente conocido como el arquitecto del fallecido expresidente Carlos Menem. Le adjudican el diseño de La Rosadita en La Rioja. Además, fue vinculado a la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador de lo que se conoció como “Los Tres Mosqueteros” junto a Angel Ramini y Antonio Aguirre, pero luego se desligó.
Rossi volvió a la prensa en los últimos años al crear una empresa de energía renovable, Solartía, que se adjudicó proyectos en las licitaciones del gobierno de Macri.

La relación entre Muñoz de Toro y Rossi no fue clara. Incluso llegaron a la justicia neuquina demandas cruzadas por el manejo de ganado con terceros, donde ambos terminaron declarándose en contra. Sin embargo, según el Registro de la Propiedad de Inmueble de la Provincia, Muñoz de Toro aparece (matrículas 1057 y 1058) como uno de los propietarios de las tierras con el 50%; el resto están repartidos a nombre de José Dehais y Reducto Patagónico SRL.

IV. Secuela: buenos vientos
Casi dos décadas después del desembarco terrateniente y a cinco años de que nadie en Neuquén sepa nada de Muñoz de Toro, el empresario volvió a tener un guiño patagónico, pero esta vez le llegó desde el viento. En junio de 2020 se puso en marcha el primer parque eólico de la provincia, un proyecto construido y operado por la reconocida firma norteamericana ASE, sobre un diseño de otro organismo del estatal: la ADI-NQN. Las mediciones de viento a cuenta y cargo del Estado constan desde el 2000.

Vientos Neuquinos I, el parque eólico de 100 MW, se montó en Bajada Colorada -entre Picún Leufú y Piedra del Águila- y se hizo sobre 2.480 hectáreas que se reparten entre terrenos reclamados por la familia Cárdenas (y que el gobierno niega) y Fortín Nogueira. De hecho, sobre los terrenos que el abogado porteño tiene un reconocimiento del 50% se montaron 10 de los 29 aerogeneradores y la planta transformadora, que supervisó y opera el EPEN.

Según los registros a los que accedió RÍO NEGRO, los terrenos mencionados reciben el pago de servidumbre de paso por electroducto, que afectan a 388 hectáreas, según la matrícula 1058. La inscripción figura desde diciembre de 2018. Se trata de un pago anual que calcula la extensión de las líneas que pasan por el terreno, potencia de la estación y otras variables.

Sobre el final del mismo registro figura, entre otros, un embargo sobre la parte indivisa de Muñoz de Toro por parte de Grittini, por unos 17,5 millones, en reclamo del a bodega que nunca le pagó, como al Iadep.

Los créditos blandos del Estado neuquino y sus usos

En 2001 el BPN le transfirió al Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo (Iadep) lo que se denominó como “cartera sucia” de los créditos otorgados por el entonces presidente del banco, Luis Manganaro. El ente provincial absorbió los prestamos que habían sido destinados a proyectos productivos. El financiamiento para el desarrollo del denominado polo bodeguero comenzó a mediados de 1999, pero luego terminó otorgando nuevos desembolsos y entre los beneficiarios se anotó el abogado Fernando Muñoz de Toro que anota actuaciones en la provincia desde 2002.

En total el Estado neuquino financió con 468 millones (cifra sin actualizar) a una media docena de emprendimientos que convirtieron a familias neuquinas en prósperos bodegueros en apenas una década. Según contó a este medio Claudio Garretón, titular del Iadep desde 2010, el recobro se encuentra en el 40% y por el sistema de amortización, exponencial americano, el año próximo debería acelerarse el pago de los prestamos entregados a 120 meses. Los prestamos fueron refinanciados a 20 años en 2006 por el exgobernador Jorge Sobisch.

Las idas y vueltas alrededor de los créditos productivos nunca dejaron de estar bajo un manto de cuestionamientos y el caso de Muñoz de Toro fue el confirmó todas las sospechas. La posibilidad de una estafa con fondos públicos desviados parece tener elementos claros, también un posterior vaciamiento porque pese a funcionar formalmente hasta 2017 al menos cuatro años antes la actividad el proyecto era casi nula. Algo similar pasó con la bodega que compró a Grittini.

10 fechas clave

Muñoz de Toro a la derecha. Foto: archivo.

En 2002 se crea el polo bodeguero de El Chañar con créditos blandos del BNP; después los traspasan al Iadep.

En 2005 Muñoz de Toro compra el negocio a Langber, la única bodega que no se finalizó pese a los créditos.

Asumió el crédito que tenía el proyecto y pidió más desembolsos: unos $62 millones en total.

Con fondos propios construyó un lujoso hotel con detalles únicos en Neuquén. Solo funcionó dos años y se cerró.

Exportó vinos a siete países, pero en cada vendimia trajo uvas de Mendoza y Sierra de la Ventana.

En 2010 el Iadep inició los reclamos. Muñoz de Toro solo pagó 11 de los 121 millones reclamados.

En 2014 comenzó el declive. En 2017 despidió a todo el personal y no se supo nada más de él.

En noviembre de ese año y ante rumores de un vaciamiento sale a remate el predio y lo toma el Iadep.

En 2018 salieron a remate todos los muebles que quedaban en el hotel. Se recaudó unos 5 millones.

En 2021 fracasa el remate en lote de los tanques y equipos. Buscaban evitar un desguace pero no funcionó.



Fotos Diario "Río Negro".

Publicado en Diario "Río Negro", domingo 20 de junio del 2021.

https://www.rionegro.com.ar/de-excentrico-bodeguero-a-la-servidumbre-eolica-munoz-de-toro-el-millonario-credito-que-neuquen-no-recuperara-1857992/

sábado, 12 de junio de 2021

LLEGA SAN TELMO SANGRÍA, UNA TRADICIÓN QUE SE REINVENTA Y SE DISFRUTA. Bodega San Telmo lanzó en botella esta bebida refrescante y aromática hecha en base a vino, con esencias naturales de naranja, pomelo, jengibre y melaza, que recupera una receta de 1973.

 

Pocas cosas más asociadas con el sabor de la argentinidad que la sangría, esa bebida hecha a base de vino con frutas agregadas, que ahora Bodega San Telmo trae en botella para revivir lo mejor de nuestras tradiciones en formato 2021.

Para mantener esa buena costumbre nacional y a la vez seguir recorriendo un sendero de innovación, la bodega decidió resignificar los códigos del pasado y acercarse a los nuevos amigos del vino con Sangría, una tradición de nuestros abuelos que hoy sirve para disfrutar de un placentero momento de felicidad. 

San Telmo Sangría.

San Telmo Sangría es una bebida refrescante y aromática hecha en base a vino con esencias naturales de naranja, pomelo, jengibre y melaza. Para disfrutar mejor, los expertos en sabores recomiendan tomarla bien fría, con hielo, una rodaja de alguna fruta cítrica y, por supuesto, en buena compañía.

San Telmo Sangría recoge y recupera una receta de 1973 y la adapta con la mejor combinación de tradición y modernidad.

Tanto en España como en Francia, China, Estados Unidos, Australia, México y otros países compradores de vinos argentinos, nuestras bebidas desafían el crecimiento de las cervezas con propuestas rejuvenecidas: así llegaron las exportaciones de clericó, tinto de verano, vinos en botellita, en lata y en muchos otros formatos y variantes. Ahora le llegó el turno a la sangría. 

De esta manera, brotan opciones más frescas para atraer a un público joven y ofrecer nuevas oportunidades de consumo, claro, sin afectar la calidad del producto original. San Telmo así suma una nueva propuesta a su familia de productos, formada hasta ahora por la línea de Malbec, Syrah, blend, Cabernet Sauvignon y Chardonnay, para acompañar una rica comida en casa o en un restaurante. 

San Telmo Sangría recoge y recupera una receta de 1973 y la adapta con la mejor combinación de tradición y modernidad. Fue en aquel año cuando se creó la bodega, de la mano de un emprendedor argentino que se propuso producir vinos en Maipú, en la provincia de Mendoza.

De ahora en más en las góndolas de las vinerías y supermercados podemos encontrar las botellas de sobrio color rojizo y tapa blanca, con una etiqueta que, con imágenes de frutas, hojas, una corona y una flor de lis, anuncia la llegada de tiempos mejores. 

Publicado en Vinómanos.

https://vinomanos.com/2021/06/san-telmo-sangria/

miércoles, 9 de junio de 2021

Vinos bajo el mar: la bodega argentina que sumergió sus botellas en cavas submarinas. En la costa de Río Negro, Wapisa hundió botellas de vino en el mar. Nuevos sabores y un atractivo para el buceo.

 

Inspirados en la cercanía del mar y en las historias de botellas encontradas en buques hundidos, Fincas Patagónicas decidió aventurarse y probar. Por segunda vez, hundió botellas de vino frente a las costas de Las Grutas, en Río Negro, con el objetivo de experimentar a partir de los efectos de las mareas y la temperatura del agua de mar en la bebida.

Fincas Patagónicas tiene tres bodegas. Una de ellas es Wapisa, en la localidad rionegrina de San Javier. Las otras están en Mendoza, puntualmente en Luján de Cuyo (Zolo) y en el Valle de Uco (Tapiz).

Y si bien la actividad turística con visitas a bodegas y viñedos está concentrada en la provincia de Cuyo, Wapisa se vincula a la actividad a través de esta exótica experiencia que tiene antecedentes en otras bodegas (y mares) del mundo.

Trabajo conjunto.

Es que este proyecto se concreta a partir del trabajo conjunto con la comunidad de buceo y las agencias de turismo locales, que son los encargados de hundirlas, custodiarlas y retirarlas.

 

“Sin su apoyo, esta experiencia no sería posible”, explican en la bodega y aclaran que en la zona del golfo San Matías se practica buceo y estas cavas sumergidas son un atractivo más para quienes practican este deporte. Es maríalgo único y que se espera que crezca en un futuro.

La primera vez que se animaron a hundir botellas, se decidieron por el malbec y lo hicieron en septiembre. Esta vez, eligieron vinos cabernet sauvignon y apostaron por una fecha más temprana: se adelantaron y lo hicieron en mayo.

Las primeras degustaciones entre el equipo técnico fueron un éxito.

"Después de 8 meses bajo el mar el vino expresaba una mayor complejidad en aromas y sabor, con una notable expresión frutal en comparación con los vinos testigos que envejecimos en nuestra cava. Nos encontramos con un vino delicioso y maduro, con un final mucho más largo", describieron como parte del resultado.

Viaje al fondo del mar.

Todo está en etapa experimental pero la idea es que la gente pueda degustar estos vinos imaginando ese viaje al fondo del mar. Incluso las botellas traen adheridos pequeños crustáceos que recuerdan su origen.

La bodega rionegrina tiene una capacidad de 300.000 litros en tanques de acero inoxidable y cuenta con 150 barricas de roble, 80% francesas y 20% americanas.

“La ciencia popular afirma que tres años de envejecimiento en una bodega son equivalentes a un año bajo el agua. Decidimos que esto era algo que queríamos probar, así que en 2019 lanzamos un proyecto de investigación frente a las costas de la provincia de Río Negro”, explican desde la bodega.

Junto con la Universidad Comahue de Patagonia, se analizaron los efectos de la temperatura, la luz, la presión y los movimientos del mar a diferentes profundidades y su impacto en el envejecimiento y la evolución del vino.

“El primer paso fue asegurarse de que no se produjera contaminación cruzada. Trabajamos con la agencia ambiental local para asegurarnos de que éramos respetuosos con el ecosistema submarino y protegimos el vino mediante el uso de jaulas de acero inoxidable y cierres de cera especiales para los corchos”, señalan.

De lo publicado en Diario "Clarín" Viajes, 9 de junio del 2021.

https://www.clarin.com/viajes/vinos-mar-bodega-

martes, 8 de junio de 2021

120 años de esfuerzo familiar. Adiós al viñedo: vendió su tractor para irse a vivir a Italia. Por la pérdida de rentabilidad.

 Adiós al viñedo: vendió su tractor para irse a vivir a Italia. 

Por la pérdida de rentabilidad, Alejandro Palazzo, de Mendoza, cortó sus viñas y las hizo leña. Ahora se radicará en ese país de Europa.


Alejandro Palazzo cortó los viñedos de su finca e hizo leña para vender. También se desprendió de su tractor para comprarse un pasaje para radicarse en Italia.

“Con mucha tristeza me veo obligado a hacer de mi viña, leña. Ahí van nuestros sueños, esfuerzos y alegrías de cuando podíamos cosechar, sorteando la suerte de la naturaleza, con heladas y granizos y con políticas que acompañaban al pequeño productor y que permitían vivir del suelo con nuestra gente dignamente. No me queda más que hincarme a la par de mis cepas y decirles gracias y perdón”.

Las palabras pertenecen a Alejandro Palazzo, un vitivinicultor de Santa Rosa, en la provincia de Mendoza, en un posteo en redes sociales. Con 58 años, su vida ha pasado por los viñedos. Sin embargo, porque los números “no cierran” decidió cortar las plantas para venderla como leña, dejar la actividad y radicarse en Italia.

“Nunca los pequeños y medianos productores la tuvimos fácil. Pero en 2016 un incendio en una finca vecina me quemó un espaldero de 11 hectáreas de uvas finas de las 21 que tengo y aunque traté de seguir adelante, fue imposible remontarla”, contó a LA NACION.

Según el viñatero, desde hace tiempo que los números no cierran “por más empeño que uno le ponga”.

“No soy el único que está en estas condiciones porque tras 12 meses, en donde uno arriesga entre heladas y granizos y, luego de la cosecha, debemos esperar un año para poder cobrar pesos. No todos aguantan, con la inflación que hay sumado a los insumos dolarizados, todo se torna cuesta arriba.”, explicó.

“En mi caso particular, las plantas a las que les había agarrado el fuego ya no servían y había que poner nuevas y no tenía manera de hacerlo porque un Estado ausente lo único que me dio como ayuda fueron 10 bolsas de abono orgánico”, agregó.

“Somos muchos los que la venimos luchando desde hace tiempo, donde siempre le pusimos el corazón. Me da pena y angustia tener que desarmar la viña pero estoy agotado”, sentenció.

Fue así que con pocas hectáreas activas, decidió vender la madera que cortó de sus viñedos improductivos, levantó el alambre que también vendió y, por último, liquidó su tractor para comprarse un pasaje a Italia, la tierra de sus ancestros, donde espera rehacer su vida.

Según relató, sus abuelos Pietro y Severina llegaron a Mendoza desde Piamonte en el año 1903, escapando de la hambruna europea y se pusieron a trabajar en el campo. Poco a poco, fueron entrando en la actividad y llegaron a tener una bodega pequeña que luego la continuó su padre.

“Soy descendiente de inmigrantes, mis abuelos se instalaron en la provincia con el sueño de trabajar y progresar. Yo traté de seguir adelante con el proyecto familiar pero me vi doblegado y no puedo continuar. Me cuesta dejarlo porque representa todo mi vida, pero estoy resignado”, describió.

Por último, contó que ya ha hecho contacto con su prima Bruna, a la que no conoce, para instalarse en Alfiano Natta, un pueblo piamontés de 800 habitantes de donde son sus familiares. Ya tiene pasaje para el próximo 15 de septiembre y espera que Italia le abra los brazos como la Argentina se los brindó a sus ancestros hace casi un siglo.

“Es la primera vez que voy a salir del país. La finca no la vendí, se la dejo a la familia que ha trabajado conmigo para que vivan allí y, a la vez, exploten las dos únicas hectáreas productivas que quedaron”, finalizó.

Publicado en Diario "La Nación", 7 de junio del 2021.

https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/regionales/adios-al-vinedo-vendio-su-tractor-para-irse-a-vivir-a-italia-nid07062021/

Todo concluye al fin, nada puede escapar
Todo tiene un final, todo termina
Tengo que comprender, no es eterna la vida
De "Presente" de Vox Dei.

Pregunta: ¿Qué será de la Argentina nuestra en unos años?

lunes, 7 de junio de 2021

Camino del vino rionegrino: una escala en el Alto Valle El recorrido turístico nació en Río Negro con la idea de proponer visitas guiadas por los viñedos, ofrecer la posibilidad de degustar los más ricos vinos y conocer las chacras. En dos bodegas de Fernández Oro, muestran su espíritu.

 

El camino está flanquedo por álamos amarillos que se funden en el morado de los ciruelos y el celeste de un cielo sin sol. El auto zigzaguea por las calles, en un tiempo de pandemia difícil, en el que la belleza de las chacras entrega un respiro. Por las ventanillas sucias que dejó la lluvia días atrás se ven las viñas alineadas que se abrazan al alambre. Como el resto de las plantas perdieron sus hojas y se preparan para su siesta de invierno. Gaspar Rastrilla abre la tranquera y pide que lo sigan a la bodega en la que cada día le saca el jugo a este sur.

Es joven y está lleno de proyectos. Estudió enología en Mendoza, se recibió hace 8 años y trabajó en Mendoza, Nueva Zelanda, en Estados Unidos, hasta que decidió volver a Aonikenk, la primer bodega de su vida, la de Domingo su papá. Cuenta que se llama así porque buscó algo que represente a la zona, y un homenaje a los tehuelches le pareció justo. Por eso, Pincén es el nombre de sus vinos, en honor al gran cacique de esos primeros habitantes de estas tierras.

Cuando pensé que estudiar, ya existía el proyecto. Estaba la viña, pero no la bodega. Papá hacía algo de vino casero, pero para él. Cuando empezó con la elaboración, se inscribió como bodega. Hacemos tintos en las tres variedades que tenemos: malbec, merlot y cabernet sauvignon, las tres se dan muy bien en la zona y elaboramos varietal y un blend que tuvo muy buena reputación”, dice Gaspar.

El Alto Valle rionegrino antes estaba plagado de bodegas gigantes que fueron desapareciendo, algunas permanecen y de a poco otras vuelven a surgir. Las nuevas son más chicas, pero sus vinos más perfectos. La gente se contacta por Instagram, Facebook, y en ellas se organizan visitas. Un día entre las viñas y llevar unos buenos vinos, motivan el interés de todos los turistas.

Matías Piermarini, referente técnico del Ministerio de Turismo, explica que las bodegas del Alto Valle (ver abajo) son tradicionales y familiares. “Es algo importante para destacar del enoturismo aquí. Esa es la gran característica de los caminos del vino de Río Negro. Cada propietario es el que hace todas las labores: atienden al público, están arriba del tractor, se encargan del riego, cuidan de la helada, del granizo. Cuando los turistas llegan a estos lugares sienten como viven estos productores”, cuenta.

En Fernández Oro, Gaspar muestra los tanques de acero inoxidable, explica que el proceso de cosecha es el que más trabajo lleva, y que en esos días, el tiempo no alcanza para nada, por lo que el turismo queda en segundo plano. Pero en esta época está más tranquilo y se hacen visitas guiadas con reserva previa. Recorre las instalaciones y se mete en los salones que está construyendo para instalar una nueva cava y un salón para recibir a los turistas.

“En las bodegas de Mendoza o Neuquén, los atenderá un guía, acá los productores. Son monumentos vivos, de la historia productiva regional”.

Matías Piermarini, Ministerio de Turismo.

El producto de lo que se cosechó en el verano, está en los tanques que enmarcan todo el salón de la bodega. Luego pasará un par de años hasta llegar a la botella. “En nuestra zona la vid es muy noble. Es una zona con mucha amplitud térmica, que es importante para las uvas al vinificar”, dice y aclara que son orgánicos, aunque todavía no hicieron la certificación no usan ningún insecticida. “El viento de la Patagonia, que a algunos les parece molesto, hacen que el viñedo tenga sanidad por sí solo”, explica.

Mucho para conocer.

Cerca de Aonikenk, Osvaldo Gennari llega al bodega que lleva el apellido de su familia como bandera. Cuenta el papá llegó desde Colonia Rusa, la mamá desde Mainqué y se instalaron en esas tierras a hacer dehidratado de peras, luego de ciruelas, duraznos y manzanas.

“Hoy se estila mucho que tal vino se toma a tanta temperatura. Lo que digo siempre es que cada uno tiene que elegir y decidir cómo tomarlo. Si querés ponerle hielo, si querés ponele soda. Tomalo como quieras, pero tomalo. Un vino bueno, es ese que pasa derecho de la boca, que no cuesta tragarlo. Mi forma de catarlo es ver cuando pongo la botella en la mesa, si baja en seguida es bueno”, concluye Osvaldo.

Bodegas para visitar cuando se pueda pasear.

Bodega Agrestis.
Ofrece visita a bodega y viñedos con degustación. Almuerzos con reserva previa y Salón de eventos. Teléfonos: 0299 - 154293284 / +54 9 298 – 4641269, turismo@bodegaagrestis.com.ar, www.bodegaagrestis.com.ar. Dirección: Gobernador Castello 1539, Gral. Roca.

Establecimiento Humberto Canale.
Bodega emblema de la Patagonia. 109 años de trayectoria. Certificada en Calidad Turística Nacional. Teléfono: 2984430882, turismo@bodegahcanale.com, www.bodegahcanale.com, whatsApp 02984 54 9396, Direccción: Chacra 186, Gral. Roca

Para poder hacer una visita guiada hay que coordinar previamente para conocer días, horarios y protocolos.

Ministerio de turismo.

Bodega Museo La Falda
Conociendo la historia de la Familia Herzig se puede recrear el desarrollo vitivinícola del Alto Valle, iniciado a fines del siglo XIX por inmigrantes europeos. Actualmente cerrada. Teléfono: 0299 – 4773168, bodegamuseolafalda@gmail.com, Dirección: Maestro Espinoza 2608, Cipolletti.

Bodega Gennari
Bodega familiar fundada en la década del ‘60 en la localidad de Gral. Fernández Oro.
Teléfono: 0299 – 4996013, www.gennarisa.com.ar, ventas@gennarisa.com.ar, Dirección: Ruta Provincial 65, Km 1181, Gral. Fernández Oro.

Bodega Miras
Pequeña bodega familiar dedicada a la elaboración de vinos de jerarquía, a partir de uvas seleccionadas de añosos viñedos. Teléfono: 0299 – 4110408, turismo@bodegamiras.com.ar, www.bodegamiras.com.ar,
Instagram: Bodega Miras, Dirección: Ruta Nacional 22, Km 1208, Gral. Fernández Oro.

Bodega Aniello
Emplazada en una bodega que data de 1927 en la localidad de Mainqué. Hoy están suspendidas las visitas. Teléfono: 298 477-1120, info@bodegaaniello.com.ar / www.bodegaaniello.com.ar, Facebook: Bodega Aniello, Dirección: Chacra 341, Mainqué.

Bodega Favretto
Empresa familiar que este año 2018 cumple 70 años de antigüedad, ubicada en la ciudad de Villa Regina. Famosos por sus vinos en damajuana que se ofrecen hasta el día de hoy. Teléfono: 02984-4 61090, consultas@bodegafavretto.com, gustavocapital@hotmail.com, www.bodegafavretto.com. Dirección: Chacra 104, Lote 4, Villa Regina.

Viñedos San Sebastián
Una bodega boutique que se encuentra en el margen norte del Alto Valle de Río Negro, en la localidad de Cervantes. Cel.: +54 9 298 4406555, vsspatagonia@gmail.com, Facebook: Viñedos San Sebastian, Instagram-Twitter: @vsspatagonia, Dirección: Chacra 297, Cervantes.

Bodega y Viñedos Chacra Moschini
Luego de tres décadas dedicados a la producción frutícola, en el año 2000 comenzaron la producción de uvas vinificables. Cel.: 298-437-8910, chacramoschini@gmail.com, Facebook: Chacra Moschini, Instagram: @chacramoschini, Dirección: Chacra 433, Lote 6, Ingeniero Huergo.

Bodega Aonikenk
Bodega familiar ubicada en la localidad de Gral. Fernández Oro, de desarrollo incipiente generando vinos de carácter singular. Teléfonos: 299-4165263 // 299-4562516, bodegaaonikenk@gmail.com / domingorastrilla@gmail.com / gasparrastrilla@gmail.com, Facebook: Bodega Aonikenk, Instagram: @bodegaaonikenk, Direción: Calle Las Uvas s/n, Gral. Fernández Oro

Bodega De Bernardi
Ubicada en la subida al cerro Piltriquitrón en la ciudad de El Bolsón, sus viñedos contrastan el hermoso paisaje haciendo un lugar único. Cel: 2945 468170
m.me/bodegadebernardi, Facebook, Dirección: Acceso al Cerro Piltriquitrón s/n.

Bodega Videla Dorna
Pequeña bodega familiar que se encuentra en una isla de Luis Beltrán en el valle medio. Facebook: Bodega Videla Dorna, bodegavideladorna.com.ar, Celular: 11 4971 0324 / +54 11 4740 2947, info@bodegavideladorna.com.ar, Instagram: @bodegavideladorna, Isla La Esmeralda, Luis Beltrán, R.N.

Bodega Trina
Establecimiento recientemente inaugurado. Se encuentra ubicada en Colonia Reig, en la comarca del valle del río Colorado. Instagram: @bodegatrina, bodegatrina@gmail.com, Cel.: 2931 411915, Dirección: Calle Benini s/n Colonia Reig, Río Colorado, Provincia de Río Negro.

Enoturismo en la Región Atlántica Rionegrina y Cava Submarina.
Producto de desarrollo incipiente, que cuenta con el aeropuerto de Viedma, dos viñedos de la Bodega Fincas Patagonica S.A. del valle inferior y la cava submarina de Las Grutas, única en Sudamérica. Contacto: Claudio Barbieri: 2920523957, e-mail: barracasbuceo@gmail.com

Publicado en Diario "Río Negro", 7 de junio del 2021.

https://www.rionegro.com.ar/alto-valle-una-gran-escala-de-los-caminos-del-vino-rinegrinos-1844089/