miércoles, 22 de julio de 2020

Weinert, una bodega clásica que trasciende las épocas.

Weinert, una bodega clásica que trasciende las épocas.

Fundada en 1975, Bodega y Cavas de Weinert es un ícono de elegancia y estilo en la industria de vino de Argentina.
La bodega posee un edificio histórico de estilo neoclásico con influencias manieristas, construído en 1890. Sus viñedos se ubican en la Primera Zona, especialmente en Luján de Cuyo y sus variadas subregiones: Chacras de Coria, Mayor Drummond, Perdriel, Agrelo, Ugarteche, Carrizal y Las Compuertas. También en Maipú, en Lunlunta y Russel. 

Apasionados por el vino.

Manteniendo un estilo clásico de vinificación y añejamiento en fourdres de roble francés y esloveno, Weinert sigue la escuela tradicional de Bordeaux, que fuera introducida por el maestro enólogo Don Raúl de la Mota en Mendoza.
Actualmente su enólogo es el suizo Hubert Weber, quien llegó a Mendoza allá por enero de 1996, luego de probar en su país uno de los vinos más icónicos de la bodega: Cavas de Weinert cosecha 1985. Fascinado por este vino, Hubert solicitó una pasantía, ya que venía especializándose como joven enólogo en la elaboración de vinos en foudres de más de 1800 l. Luego de un año de práctica, y ya enamorado de nuestra provincia, tomó las riendas de la enología en Weinert a partir de la cosecha 1997. Y como él mismo dice: “Sigo practicando desde 1996”.

La especialidad: vinos de guarda.

Bodega y Cavas de Weinert produce tintos de varietales Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc que, luego de una vinificación siguiendo técnicas de la escuela tradicional francesa e italiana, son añejados durante largos años en foudres de roble francés y esloveno que tienen entre 2.200 y 6.000 litros de capacidad y están ubicados en sus cavas subterráneas, construídas en 1890.
Ese microclima tan especial, casi mágico, con una temperatura muy constante entre los 12-15C y 80% de humedad durante todo el año, permite una crianza prolongada donde los vinos descansan y desarrollan su estructura y complejidad aromática, sin perder la exuberancia del carácter frutal de Primera Zona. Por ello, desde la bodega sostienen que una de las principales inversiones en Weinert es el tiempo.

Hospitalidad.

La bodega ya está planificando volver a las actividades de turismo a partir de octubre, cuando los visitantes podrán disfrutar nuevamente de sus jardines y su arboleda centenaria compuesta por ejemplares de aguaribay, robles y álamos que rodean la casa patronal de 1890, donde se encuentran el Wineshop y las salas de degustación.

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-Weinert: vinos de la línea Carrascal, con las variedades Malbec 2017, Chardonnay 2020 y Corte Clásico 2017 (40% Malbec, 35% Cabernet Sauvignon y 25% Merlot). Los tintos añejan 24 meses en los foudres de roble francés, conjugando la expresión y concentración de frutos rojos bien maduros con notas de frutos secos, té en hebras y tierra mojada. Son ideales para carnes y vegetales en la parrilla y pastas con salsas encorpadas.
El Chardonnay es fermentado en duelas de acacia, con un estilo europeo de mucho frescor y cuerpo, con notas a frutos cítricos y flores blancas, ideal para comidas asiáticas como sushi y woks o para acompañar mollejas bien crocantes al limón.
-Pedro del Castillo: nombrados en honor al fundador de la ciudad de Mendoza, son vinos con tapa a rosca originalmente destinados solo al mercado de exportación (Noruega y Finlandia). El Red Blend es un corte de 70% Bonarda y 30% Malbec sin paso por madera, manteniendo la fruta fresca y madura típica de Mendoza.
El White Blend es un corte con base de Chardonnay co-fermentado con Moscatel Blanco y Pedro Giménez, con notas de cítricos y frutos tropicales como maracuyá y ananá. Ambos son ideales para comidas cotidianas como pizza, locro, milanesas y lomitos, o para acompañar una tabla de quesos y fiambres.
Publicado en Guarda 14 del Diario "Los Andes" de Mendoza, lunes 20 de julio del 2020.
Las imágenes son de la misma publicación.

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