sábado, 25 de septiembre de 2021

Bodega “Santa Catalina” de Francisco y Luis Berola.

 

Afiches de bordelesas de vino de la Patagonia Norte
 
Federico Witkowski
 
Afiche # 029
Bodega “Santa Catalina” de Francisco y Luis Berola.
Don Francisco Berola (1880 – 1948) con su hermano Luis compran en 1914 una chacra de 12,25 ha de tierra en bruto a la Compañía de Tierras del Sud; abroquelados en su trabajo y movidos por el lícito afán ardiente de prosperar, proceden a desmontar la parcela, emparejarla y plantar el 50 % de su superficie con vides; y, entonces, comienzan a forjar sus ilusiones.
Para el año 1921, Francisco adquiere 2 parcelas de 12,25 ha cada una. Ambos hermanos, en sociedad, emplazan en el año 1923 una bodega de 170.000 litros de capacidad total de vasija –integrada por 15 piletas de mampostería de 10.000 litros cada una y dos cubas de roble, también de 10.000 litros cada una–, situada en la intersección de la Ruta Nacional Nº 151 y el denominado “Puente Berola”, transformando la materia pura y simple de la vid en el ingrediente de los sueños.
En 1925 Luis le vende su parte a Francisco y se radica en la flamante Colonia Villa Regina.
Don Francisco trabajaba afanosamente sus viñedos desde los umbrales del nuevo día hasta que el astro rey se apagaba en su recorrido. ¡Y así todos los días! En el trabajo arduo ha ido sintiendo envejecer sus rústicas manos.
Y cuando el viñedo exhibía frente a la primavera el exaltado gesto de sus primeras hojuelas se ponía en marcha un nuevo ciclo cultural, dando nacimiento a una nueva y gozosa esperanza.
Conforme a la Declaración Jurada, presentada ante la Administración de Impuestos Internos de la Nación, en el año 1931 había en la bodega una existencia de 160.000 litros de vino. Los vinos elaborados eran blancos y claretes, tipo de mesa, fraccionados en bordelesas y comercializados con la marca Santa Catalina.
El nombre de la bodega y, a su vez, marca del vino, surge en honor de doña Catalina Bianco, esposa de Francisco.
La última elaboración de la bodega fue en 1948, año en que falleció don Francisco; luego la bodega giró bajo la razón social Sucesión de Francisco Berola y funcionó hasta terminar de vender el vino existente. En el año 1951, la bodega fue dada de baja.
La Sra. Lidia Colalongo (1920 – 1984), esposa de don Reinaldo Domingo Berola (1915 – 1992), se asoció a la Cooperativa Vitivinícola “La Picasa” Ltda. para entregar la producción de uva; luego, los viñedos fueron cediendo el lugar paulatinamente al cultivo de las plantas frutales, y el resto de vides que aún quedaban fueron extirpadas después de la vendimia del año 1969.
Reconociendo su labor colonizadora en Colonia La Picaza, el Municipio local ha designado a una de sus calles en Villa Catalina con el nombre de Francisco Berola.

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