lunes, 4 de octubre de 2021

Bodega y Viñedos Hijos de Miguel Nonnenmacher S.C.C.

 

Afiches de bordelesas de vino de la Patagonia Norte
 

Por Federico Witkowski.
 


Bodega y Viñedos Hijos de Miguel Nonnenmacher S.C.C.
Don Miguel Nonnenmacher, nativo del Alto Rin, región de Alsacia (en alsaciano ’s Elsàss) –que hasta mediados del año 1919 perteneció a Alemania–, decide partir envuelto en torbellinos de esperanzas hacia el sur del planeta, llegando a la Argentina en el último lustro del siglo XIX.
Después de haber estado en Buenos Aires y Bahía Blanca, en el amanecer del siglo XX viaja hacia el Alto Valle de Río Negro y se instala en el Km 1181 –circunscripción de lo que hoy es Gral. Fernández Oro–, y después, con los ahorros acumulados tras trabajar a destajo todos los días de la semana, se le presentó la oportunidad de comprar tierras en bruto en el Km 1120, el que a partir del año 1927 pasa a denominarse Ing. Luis A. Huergo.
Desde Fernández Oro viaja asiduamente a Ing. Huergo para desmontar y emparejar su parcela de tierra. Así, luego de poner bajo regadío esa tierra sedienta y burbujeante, flanquea ambas orillas de las acequias con cortinas de álamos, las que rápidamente empezaron a verdear y siembra con alfalfa todos los cuadros.
El cultivo de la alfalfa fue algo muy típico en el Alto Valle del Río Negro, a medida que se ponían bajo regadío nuevas áreas las mismas se iban sembrando con alfalfa –hacían 2 ó 3 cortes por temporada para la producción de forraje y luego se la dejaba florecer y cuajar para la producción de semilla–; esto dio lugar al denominado “ciclo de la alfalfa”.
Pero don Miguel, íntimamente consustanciado con la actividad vitivinícola de su Alemania natal –esa tierra conocida por los muy aromáticos vinos Gewürztraminer y los imponentes Riesling–, decidió luego implantar su chacra con viña y para el año 1927, con la uva de su primera vendimia, inauguró la bodega de 250.000 litros de capacidad.
Entonces, ante su primer vino don Miguel pudo celebrar el triunfo de las superaciones de sí mismo y brindar con la copa desbordante de ese vino, símbolo del trabajo arduo y honesto, que saboreó en paz.
A partir de 1936, los vinos comienzan a comercializarse bajo la prestigiosa marca La Alsaciana.
Del viñedo comenzó a fluir incesante la vendimia, lo que le fue obligando a ir incrementando la capacidad de infraestructura bodeguera hasta alcanzar 1.500.000 de litros, pero regularmente elaboraban 1.200.000 litros de vino por temporada. Se producían vinos de mesa en sus tipos: tinto, clarete, rosado y blanco. La zona de comercialización abarcaba el grueso de nuestra región, Comodoro Rivadavia, Trelew, Bahía Blanca, La Pampa y La Plata.
Además, han envasado vino con la etiqueta Río Bravo para Cabaza, Pirri Siracusa & Cía. S.C.C. en botellas de 930 cc.
Don Miguel, aunque gozaba de una posición económica consolidada, no regresó nunca a su lugar de origen, quizá era por eso que de tanto en tanto envuelto en un denso aire sentimental extrañaba esos días grises y preñados de lluvia de su comarca natal. ¡Esa tierra que no había olvidado!
En 1980, tratando de capear la crisis vitivinícola regional, la firma se unió a otras bodegas de la localidad y aledaños, comercializando los vinos bajo una única marca: Huergo.
No obstante, el esfuerzo intentado fue efímero y en el año 1988 la bodega clausura definitivamente sus lagares, poniéndole fin a un ciclo vitivinícola de más de 60 años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario