viernes, 3 de febrero de 2023

Murió el fundador de Bodega Colomé y Bodega Amalaya, a los 86 años. Retrato y legado de este pionero de los vinos de altura, en Salta.

Por Joaquín HIDALGO.

Publicado en Vinómanos.

1º de Febrero del 2003.

DONALD HESS, EL VISIONARIO DEL VINO QUE TRAZÓ UN PLAN Y LO CUMPLIÓ.

Murió el fundador de Bodega Colomé y Bodega Amalaya, a los 86 años. Retrato y legado de este pionero de los vinos de altura, en Salta.

En mi primer viaje como periodista me tocó hacer un mano a mano con Donald Hess. Fue en Colomé, donde en 2004 pasaba buena parte de su tiempo e invertía su fortuna en la construcción de un sueño. 

Para mí era como llegar a un raro enclave en el Valle Calchaquí y conversar con un empresario tan megalomaníaco como extraterrestre. Me equivocaba en todo y años después pude decírselo.

A continuación transcribo el texto que publiqué entonces en la Revista del Club del Vino, que me había asignado el trabajo, donde algo de esa ironía que sentí quedó plasmada, al mismo tiempo en que, creo, pesqué una pizca de un espíritu hacedor muy singular que el mundo del vino extrañará.

Hess, millonario, suizo y hacedor de un mundo.

Mr. Donald Hess, sentado en el confortable sillón de la biblioteca de Colomé, ironiza en un inglés suave y con humor impecable, al finalizar la entrevista:

-Ahora puede escribir que soy el malo de la película, como ese otro periodista que publicó solo mentiras sobre Colomé (ver abajo).

Alto y fornido, Hess (68) ha practicado boxeo desde la adolescencia pues el ring, según explica, representa la oportunidad de medirse con otros hombres. Se puede ganar o perder, como en los negocios. Y Colomé, podría decirse, es el duodécimo round, pues siempre está a punto de retirarse. 

Tras él, más allá de la ventana por la que cruza un perfil montañoso, se extienden las 39.000 ha de valles, quebradas, montes, pastizales y más de 100 ha de viñedos (algunas de ellas con cepas prefiloxéricas) que hacen de Colomé su sueño favorito: su bodega de siglo y medio y la hostería cinco estrellas que, juntas, componen la piedra angular de una inversión cuya amortización se mide en décadas. 

Ambas equipadas con lo mejor, la bodega será construida de acuerdo a un diseño semicircular y moderno, si bien las maquinarias de última generación ya están funcionando en el viejo edificio. Con pragmatismo suizo, resume:

-Elegí Salta porque me gustan los desafíos. Podría haber comprado una finca en Mendoza y ser una más de las tantas bodegas que allí producen, e intentar diferenciarme; o bien partir de la diferencia, iniciando una bodega aquí, donde la altura es ya un diferencial enorme, sin contar el paisaje. Nosotros creemos en el potencial de los valles Calchaquíes para realizar los mejores vinos de la Argentina y por eso estamos ensayando con los cultivos más altos del mundo, a 3015 metros, en Payogasta.

Mr. Hess heredó en 1957, al morir su padre, una fábrica de cerveza y dos hoteles en Marruecos, que al cabo de los años vendió y transformó en un imperio económico que integró, en diversas etapas, el negocio del agua mineral (con la reconocida marca Valser Wasser), los jugos de fruta, la industria química, el turismo, la hotelería, los vinos en su doble vertiente de productor y comercializador (es el importador de Norton en USA), y el arte contemporáneo.

Un coleccionista accidental

Cosmopolita, Donald Hess reside seis meses en Berna y seis en Colomé, habiendo vivido durante algunos años en Estados Unidos donde, en 1979, realizó su ingreso al negocio del vino, al adquirir un viñedo en Napa Valley. 

Allí arrendó una vieja bodega y la modificó para albergar la Hess Collection, una galería de arte contemporáneo valuada en 250 millones de dólares. Un hobby, como lo describe, que comenzó con un curioso error:

-Empecé a coleccionar arte alrededor de 1966. Una galerista, que era vecina, fue quien me inició al ver mi casa gótica sin pinturas. Ella me enseñó a ver arte. Finalmente me entusiasmé y adquirí un cuadro que dijo era una cabeza de Vollard.

Cuando un amigo la vio colgada le pareció que era un Picasso, y discutimos sobre el autor, de quien yo recordaba era un francés cuyo nombre empezaba con V. Llamé a la mañana siguiente a la galerista. Dijo que era “una cabeza de Vollard, quien fuera el marchant de Picasso”. Había entendido mal: cuando ella decía la cabeza de Vollard se refería al motivo y no al artista. Sin saber había comprado un Picasso.

Hess es un hombre enérgico que devora los exquisitos platos que prepara el chef salteño Gonzalo Doxandabarat sin perder el protocolo. Organiza personalmente, por ejemplo, dónde debe sentarse cada comensal, intercalando hombres y mujeres. Animador nato, trae a colación un buen número de historias y anécdotas, que lo convierten en un esmerado anfitrión. Como esta, en la que a su vez se define:

-El trabajo, para mí, nunca fue trabajo, sino una fascinación por crear. Digamos que si un hombre de negocios puede ser un artista, yo sería ese hombre. Porque siempre he querido encarar las cosas de una óptica nueva y distinta de mis competidores. Por ejemplo, cuando renuncié a mi fortuna, mis amigos me dijeron que estaba loco; yo les expliqué que quería ser un hombre libre. Luego de dedicarle 45 años de mi vida a los negocios de la familia, probé que podía hacerlo y ahora quiero ver lo que otros pueden hacer. Tienes que dejar que los hijos se vayan; y, de igual modo, que la compañía siga su camino. Para ello hay que contratar a los mejores y confiar en ellos. Yo profesionalicé y abandoné el Grupo a finales de 2001.

Como hombre de negocios, Hess, no obstante haberse retirado, sigue de cerca todo lo que se hace en los emprendimientos del Hess Group, que en la actualidad incluyen dos bodegas más aparte de Napa y Colomé, ubicadas en Sudáfrica y Australia. Supervisa personalmente, por ejemplo, muchas decisiones, de igual manera que no deja que otro conduzca su Mitsubishi Montero mientras viaja.

Universo Colomé.

A cuatro horas por caminos tan sorprendentes como solitarios, ya sea desde Salta o Cafayate, la estancia es un universo autónomo suspendido en las serranías. Autónomo, porque salvo una parte de los insumos para la hostería, todo es producido en Colomé.

Incluso la energía eléctrica, hoy generada por medio de grupos electrógenos, que pronto serán reemplazados por una turbina hidroeléctrica cuya obra, en marcha, es lo último que queda por instalar en la estancia.

El concepto que guía el proyecto es la biodinámica (ver debajo) que en términos generales puede describirse como una agricultura sustentable a imitación de la naturaleza. De ahí que tanto Colomé como los viñedos que también posee en Payogasta, están computados en un equilibrio: desde las hectáreas necesarias para la elaboración de vinos, hasta la cantidad de ovejas para combatir la maleza y abonar el suelo.

Y la biodinámica no olvida el factor hombre, que en Colomé es crítico por sus implicancias. A imitación de los primeros establecimientos del siglo XX en el noroeste, la estancia es también un caserío que alberga unas 35 familias que, en promedio, alcanzan los seis hijos, habiendo casos de hasta 18. Todas ellas tienen al menos un familiar trabajando en Colomé, una política que fue expresamente diseñada para insertar a la estancia en la comunidad.

De modo que como en un pequeño Macondo, conviven en contraste lo real y lo mágico que maravillara a Gabriel García Márquez. A la entrada de la estancia se atraviesan dos edificios construidos para el bienestar de la comunidad: la proveeduría (sin fines de lucro) y la iglesia (para 400 personas), que es el dato curioso; al respecto, Hess cuenta:

-Creo que existe una fuerza común que nos guía, a la que no tengo problemas en llamarle Dios; pero no creo en las religiones, que son representaciones de poder de los hombres. La gente simple, creo, necesita una guía y no soy capaz de llegar a una mejor solución que la religión.

Por eso es que en un país mayoritariamente católico, en una tierra donde vivían 350 personas sin iglesia, debían tener una. Y en mi primer discurso a toda la población de Colomé, les pregunté si querían una iglesia y de pronto todas las manos se levantaron en afirmación. En dos años tendrán la iglesia, prometí.

Cuando terminé el discurso, los directores me dijeron que estaba loco, que no estábamos en el negocio de construcción de iglesias. No, respondí, pero estamos en el negocio de hacernos cargo del cuidado de nuestros trabajadores, en un lugar lejos de todo, donde no puedo conseguir otros.

Y así es, a juzgar por lo que se ve y dicen los pobladores, quienes afirman estar muy contentos desde que llegó Hess.

El hombre biodinámico.

Fabián Boumgratz es el técnico encargado de llevar adelante el diseño biodinámico de Colomé. Formado en Brasil, con 24 años asesora, además, a otros establecimientos en Misiones y Santa Fe. Delgado, acostumbrado al silencio del campo, con pausa reseña el concepto:

-La biodinámica es una disciplina que enfoca al establecimiento como un todo interrelacionado. Así, toma en cuenta las interdependencias que se generan entre el reino vegetal, animal y humano y trabaja con el equilibrio. Un establecimiento agrícola moderno, basado en la elaboración de un solo producto, no respeta los equilibrios naturales, por lo que es indispensable crearlos con agroquímicos que a su vez descompensan otras cosas.

En uno biodinámico, la idea es generar los recursos necesarios para evitar el desequilibrio y calcular la escala del emprendimiento de acuerdo a los recursos con los que contás. Por ejemplo, el número de vacas y ovejas que necesitás para generar el abono necesario y las hectáreas de alfalfa para alimentarlos, mientras que al rotar el cultivo mejorás la tierra; en fin, es un concepto basado en la interrelación.

-¿No se usan agroquímicos?

-Desde ya. En ese sentido es más que una certificación orgánica. Además hay una idea de regulación por otros medios. Las tareas agrícolas dentro de la huerta, de donde sacamos los alimentos para la estancia, están regidas por los ciclos lunares que, de acuerdo a su fase, benefician las labranzas en raíz, hojas o frutos.

Según se vio, en el invernadero conviven frutillas con ajos, de acuerdo a un concepto de alelopatía, es decir, de control de plagas por relación entre plantas; o bien, entre los animales, con los que el veterinario usa la homeopatía para evitar los agentes tóxicos.

La compra de Colomé.

Desde la publicación Ego Wines, dirigida por Miguel Brascó, circuló entre los medios y el público una versión far west de la compra de la Estancia Colomé, que incluía escopetas y cheques en blanco. Donald Hess cuenta aquí la verdadera historia:

-Con mi mujer estábamos convencidos del potencial de Salta para vinos de calidad. En Cachi, en un restaurante, me trajeron un vino que fue para mí un diamante en bruto. Por supuesto era de Colomé. Eso fue en 1997, pero ese año el río había crecido tanto que me fue imposible llegar hasta aquí para conocer la propiedad.

El año siguiente comencé las negociaciones; pero el precio era muy alto. Entonces Dávalos, antiguo propietario, me ofreció una sociedad. Negociamos por 8 meses, con abogados redactando contratos en Buenos Aires.

El día anterior a la firma fui a su casa y me presentó a su mujer y a sus hijos, y todos estaban felices. Pero al día siguiente, 20 minutos, tal vez media hora antes, no estoy exagerando, estaba listo para ir al notario a firmar, cuando me llamó por teléfono y me dijo: “No, Hess, no lo tome como algo personal, pero no puedo hacer el trato”.

Habíamos gastado 35.000 dólares en abogados. Entonces le dije a mi mujer que si no podíamos tener la mejor bodega construída, iríamos a un sitio donde no hubiera nadie más, y allí empezaríamos de cero.

Compré Payogasta y construimos la primera parte de los viñedos y los ensayos a 3015 metros. Dos días después de terminarlo, el abogado de Dávalos me llama y dice que tenía dos semanas para comprar Colomé. ¿No debería preguntarme primero si aún estoy interesado? Porque ahora lo estoy bastante menos que antes; ya he invertido en mi propio viñedo, recuerdo que le dije, por qué debería interesarme ahora.

“Porque Dávalos va a la quiebra”.

Tal vez tenga que esperar tres semanas, sugerí. “No creo que sea buena idea, porque puedo garantizar que durante el proceso de quiebra no le será posible comprar. Hay otros interesados”. Entonces le dije que conocía su posición y él la mía; y que tal vez en dos semanas él no podría pagar sus deudas. De modo que le ofrecí un trato: la compraba a mejor precio y él se cubría las espaldas durante la quiebra. Puse el número y aceptaron.

PUBLICADO EN VINÓMANOS.
Imágenes: Vinómanos.
https://vinomanos.com/2023/02/donald-hess/ecolo

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