domingo, 27 de marzo de 2022

 


Con mermas, un año perfecto para las tintas.

Las bodegas de la Patagonia norte encaran ya la etapa final de la vendimia 2022, que se ofrece prometedora para algunas variedades.

La mayoría de las bodegas de la Patagonia norte encaran ya el final de la vendimia 2022. Quedan algunos hectáreas para cosechar en San Patricio del Chañar y otras en Río Negro, pero el grueso de la añada fermenta en las bodegas. Con la suerte ya echada, el ciclo que llega a su fin se ofrece prometedor para algunas variedades, en particular las tintas, y según la visión de cada productor con los claroscuros propios de una vendimia donde el clima tuvo un rol protagónico.

En la semana 16 de la vendimia, y según datos del INV delegación Roca, en Patagonia Norte las uvas cosechadas están un 24% abajo respecto a la vendimia 2021 (que fue particularmente importante en volumen), y un 18% debajo de la 2020 y un 3% respecto a 2019. “Las heladas de octubre explican las mermas”, dice Marcelo Miras, propietario de Familia Miras. A lo que Hans Vinding Diers, desde Noemía, suma: “quienes pudieron combatir la helada del 6 de octubre tienen la cosecha soñada: nosotros conseguimos volumen y calidad”, dice. Loenardo Puppato, des Familia Schroeder, apunta: “el viñedo para nosotros tuvo un rendimiento récord”. Lejos de la norma, para algunos productores del valle la helada fue particularmente dramática.

Las pérdidas no sólo se explican por la helada en Patagonia. Entre Fernández Oro y Allen el 10 de diciembre una manga de piedra pegó duro. “Algunas viñas quedaron peladas”, reporta el enólogo Agustín Lombroni que opera en la zona. Si la helada es un fenómeno general, el granizo es bien aislado. Lo que marcó el año, en todo caso, fueron las altas temperaturas de enero. “Fueron dos semanas con temperaturas de hasta 40ºC –reporta desde Aniello la enóloga María Eugenia Herrera– que aceleraron todo el proceso”. En la misma sintonía, Puppato describe: “este año partimos el 28 de enero con las bases de espumantes y nos emparejó el resto de las variedades.”

Luego del calor vino una lluvia intensa del 21 y 23 de febrero, que en algunos puntos alcanzó cotas de hasta 150 mm. “Fue una bendición”, dice Vinding Diers, quien cree que la 2022 está entre las mejores vendimias de las que tenga memoria. Por su puesto, se refiere a los vinos tintos.

Para Chardonnay, por ejemplo, el agua llegó en el momento en que las uvas estaban en su punto ideal. Lombroni dice: “no estoy conforme con el Chardonnay porque quedaron algo diluidos”. La suya no es una opinión generalizada, sin embargo. “Para nosotros son sorprendentes”, reporta Ricardo Galante desde Fin del Mundo. Los Sauvignon Blanc, por su parte, “tienen buena frescura y son finos, me gustan más que los Chardonnay”, reporta Puppato. La lluvia no pegó igual en todos los sitios y el tipo de suelo en cada caso hizo la diferencia.

Premio Malbec

Nicolás Navío, enólogo de Peñaflor en la región, con el 80% de las uvas cosechadas, se entusiasma con el Malbec: “será un súper año, de gran color, fruta muy linda y con frescura, el Malbec será el que se lleve los premios.” Eso es lo que opinan todos los técnicos consultados sobre la variedad.

Es que las condiciones fueron ideales para un año de tintas. El raleo natural causado por la helada, sumado a las buenas temperaturas del pico del verano y un comienzo de otoño moderado, completaron la madurez con un ciclo ideal.

En Pinot Noir, por ejemplo, Galante destaca “el carácter menos frutal y más especiado, que le da profundidad”, mientras que Puppato, reporta: “Pinot Noir vuelve a sobresalir”. Para Merlot, Vinding Diers, asesor de Malma donde lo elabora, lo describe “con una fruta delicada, ciruela pura nada confitado, sobre todo si lo cosecharon antes”. Herrera apunta al varietal: “estamos muy contentos con el Merlot, aún siendo que venimos un poco atrasados”.

Mientras que el clima permitió a cada variedad llegar en su punto justo, la falta de mano de obra fue un desafío. En la zona costó mucho conseguirla. Con pronóstico de heladas para esta semana que arranca, lo que quede por cosechar se cuenta entre los últimos vinos posibles. Por ejemplo, el Cabernet Sauvignon. “Estamos en plena cosecha y la uva está muy sabrosa, así es que soñamos con grandes vinos de la variedad”, dice Galante. Lo que se coseche a máquina llegará perfecto.

Así las cosas, a punto de cerrar las puertas de la 2022, los vinos de Patagonia Norte prometen. A manera de síntesis, Marcelo Miras, con muchos años de experiencia en la zona, sentencia: “por lo que veo en la bodega la precisión y definición de cada variedad será una de las características del año”.

La cosecha en Mendoza.

En Mendoza la helada se hizo sentir con fuerza en las zonas más productivas. Y un febrero lluvioso y húmedo generó focos de peronóspora que hoy deshojan los viñedos. Entre ambos se generó una escasez de uva que empujó los precios al alza lo que trastoca el costo de los vinos: en 2022 ese será el factor determinante para el centro del negocio.

PUBLICADO EN LA MAÑANA DE NEUQUÉN.

https://www.lmneuquen.com/con-mermas-un-ano-perfecto-las-tintas-n897535

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