El enólogo que hoy exporta sus propios vinos a los mercados más exigentes del mundo.
Marcelo Miras llegó al Valle en 1990 para ser el enólogo de Bodega Humberto Canale y luego de varios años se marchó a San Patricio del Chañar, que nacía como polo vitivinícola neuquino. Hoy tiene su propia marca y sus vinos compiten con los mejores del mundo.
Marcelo Miras, enólogo, destacado por Tim Atkin como Leyenda de la Enología.
En la bodega Humberto Canale ya trabajaban sobre esa nueva forma de producir vinos y encontrar un enólogo que pudiera acompañar ese proceso era una cuestión fundamental.
Ese mismo año, en Mendoza, Marcelo Miras ya llevaba seis temporadas trabajando para la vitivinícola Vidaña, estaba casado y su proyecto de vida estaba muy lejos de la Patagonia. Al menos eso era lo que él pensaba.
“Venía a una zona que no conocía, sabía de Humberto Canale por su prestigio y trayectoria, pero la decisión tenía sus riesgos. Muchos enólogos han venido a la zona y no les ha ido bien, el desarraigo es difícil”. Marcelo Miras, enólogo de Bodega Miras.
Todo cambió cuando un compañero de la facultad le dijo que viera a don Raúl de La Mota porque estaban buscando un enólogo y que en una semana iban a recibir la visita del ingeniero Guillermo Barzi, en ese momento el corazón y la mente de la bodega Humberto Canale.
Luego de una charla para conocer posturas entre Barzi y Miras la propuesta estaba sobre la mesa. “Yo estaba trabajando en vitivinícola Vidaña que ya no existe, comencé a trabajar cuando empecé en la Universidad, era un joven con experiencia, como piden ahora”, cuenta Miras.
Llegada a Roca en 1990.
“Venía a una zona que no conocía, sabía de Humberto Canale por su prestigio y trayectoria, pero la decisión tenía sus riesgos. Muchos enólogos han venido a la zona y no les ha ido bien, el desarraigo es difícil”, planteó el enólogo.
Dice Miras: “Me encontré con una actividad vitivinícola muy arraigada, había cooperativas como Millacó, Viñateros Unidos en Cipolletti o El Lobo en Huergo, se trabajaba mucho volumen”.
Pero ya la industria apuntaba hacia otro lado y uno de los desafíos que tuvo el profesional fue trabajar mucho en viñedo con los varietales para mejorar la calidad de los vinos y el objetivo visto hoy desde la distancia “se cumplió con creces”.
“En esta zona había un espíritu frutícola, hubo que trabajar con la gente para cambiar esa forma de pensar. Pero desde lo productivo la diferencia no era grande. Canale era la bodega de avanzada que, aunque embotellaba vinos de corte como chablis o borgoña, había comenzado con un trabajo de varietales. En ese momento el tope de gama de la bodega era el Íntimo”, cuenta Miras.
Pero se trabajó mucho sobre Pinot Noir, Malbec, Sauvignon Blanc y se plantaron variedades nuevas como Cabernet Franc.
También se empezó a trabajar con barricas de 225 litros en una bodega donde había toneles y cubas de roble grandes, buscando otros estilos de vinos.
Hacer vinos en San Patricio del Chañar, un gran desafío.
“San Patricio del Chañar fue una desafío enorme desde lo profesional, era todo lo opuesto a cuando vine a trabajar a Canale. Era todo nuevo y cuando fui no estaba la bodega como hoy se la conoce, no existía ese edificio, tuve la suerte de participar en la creación de esa bodega. Ahí sí todos los vinos pasaron por mi cabeza”, comenta orgulloso.
«San Patricio del Chañar fue una desafío enorme desde lo profesional, era todo lo opuesto a cuando vine a trabajar a Canale»..Marcelo Miras, enólogo, titular de Bodega Miras.
“Lo que tenían estas bodegas era la posibilidad de incorporar la última tecnología que había en enología en ese momento”, nombra entre las ventajas de esos proyectos.
En el 2001 el enólogo Hans Vinding Diers, un amigo de Miras, comienza con su emprendimiento Noemía acá en la zona y “me impulsa a hacer algunos vinos propios”.
“Empezamos a elaborar en dos barricas que me regaló Hans, se sumó parte de la familia y en una bodega chiquita en Roca comienza ese camino paralelo a mi trabajo en Fin del Mundo donde estuve 16 años”, recuerda Miras.
El proyecto familiar se expande.
Con la adquisición de una chacra de 10 hectáreas en Mainqué, que había sido de un productor que “cuando yo trabajaba en Canale le comprábamos la uva a él”, más el arriendo de lo que fue la bodega Estepa para la elaboración, hoy Bodega Miras produce 90.000 litros de vino por año, de los cuales un 25% está presente en los mercados más exigentes del mundo.
Publicado en diario Río Negro.
https://www.rionegro.com.ar/rural/el-enologo-que-hoy-exporta-sus-propios-vinos-a-los-mercados-mas-exigentes-del-mundo
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