El enorme legado de Alcides Llorente.
El pasado 19 de septiembre se conoció la noticia de la partida del Ingeniero Agrónomo Alcides Llorente, quien dedicó gran parte de su vida a fomentar la vitivinicultura en la región. Más P se comunicó con algunos de los profesionales que lo conocieron en distintas etapas de su carrera para conocer más sobre su historia y la importancia de su legado.
“El vino es el embajador, abre puertas, hace amigos” dijo alguna vez el Ing. Alcides Dumas Llorente en una entrevista. Proveniente de una familia de inmigrantes españoles, nació en el año 1938 en Luis Beltrán, Río Negro; hizo el secundario en Choele Choel hasta que se trasladó a Bahía Blanca para estudiar Ingeniería Agrónoma. Más tarde, elegiría la ciudad de General Roca como su estancia definitiva, donde vivió junto a su esposa Mabel Baqueiro. Desde allí, trabajó incansablemente para fomentar la vitivinicultura en la región.
En una de sus primeras etapas como profesional, dio clases en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad del Comahue. Uno de sus colegas por esos tiempos, el Ing. Federico Witkowski recuerda que Alcides Llorente fue docente de la Cátedra de Viticultura a partir del año 1969 de la Universidad del Neuquén y, desde 1972, como Universidad Nacional del Comahue hasta el año 1976. Además, el Ing. Llorente fue decano de dicha facultad.
“Fue una persona de actitud resuelta que ha sobresalido por sus valores éticos y morales, de hombría de bien, que tenía un aire agudo e inteligente, sencillez cabal, conducta intachable, modestia ejemplar. Un docente que transmitía excelentemente bien los conceptos teóricos y prácticos de la ciencia vitícola” se refirió Witkowski, quien además lamentó que con el fallecimiento de Llorente “ha perdido la región patagónica y la nación argentina, a una persona que ha dedicado su vida y lo mejor de su inteligencia a la actividad vitivinícola”.
“Fueron muchas las horas de esfuerzo haciendo correctamente su trabajo y concentrándose en el uso adecuado de los recursos disponibles” agregó Witkowski y destacó que Llorente fue una pieza técnica clave en el Programa de Desarrollo Vitivinícola de la provincia de Río Negro, con una participación relevante en los programas denominados los Vinos Finos de la Zona Fría 1988 y el Champán de la Zona Fría 1989. Esta altura profesional de Llorente, le permitió ser un relevante especialista nacional y un referente internacional en el mundo de las viñas y el vino.
“Nos ha dejado una cantidad importantísima de trabajos de investigación sobre la temática vitivinícola de nuestra región. Con la muerte del Ing. Llorente se ha ido el último de los referentes históricos de la vitivinicultura nacional” finalizó Witkowski, quien es profesor jubilado de la misma facultad, fue alumno de Llorente y más tarde llegó a ser profesor titular de la materia de viticultura de la Universidad ubicada en Cinco Saltos.
Entre las chacras o en el aula, dejó un enorme legado. Foto: gentileza del INTA Patagonia Norte. |
El trabajo con el Centro Regional Patagonia Norte del INTA.
Alcides Llorente era planta permanente del INTA desde fines de los 60 y, según reconoce el Ing. Mario Gallina de dicha institución, Alcides siempre estuvo en contacto históricamente con el sector vitícola de Río Negro y, a partir del año 99 o 2000, con su desarrollo en Neuquén.
“En Río Negro vio toda la dinámica de los 60’s, había casi 18.000 hectáreas de vid para vinificar y luego comenzó a decrecer esa superficie en los 70, porque bajó el consumo de vinos y porque la rentabilidad del área vitivinícola de los productores iba decreciendo, por competencia con Mendoza y por sustitución de otras bebidas por el vino”, recuerda.
En los 80’s Alcides Llorente también siguió trabajando, hasta llegar al 2004 cuando él se jubiló “que habría unas 2.500 hectáreas o 3000 en Río Negro, pero Neuquén fue aumentando la superficie, con el desarrollo del Chañar en la tercera etapa, él también participó, asistió técnicamente en las variedades a plantar y también en la evaluación de los proyectos vitícolas para el banco que era el que financiaba esos proyectos” explicó el Ing. Gallina.
Otro aporte que él hizo fue con la uva de mesa, con la cual comenzó a principios de los 90. “Él (Llorente) empezó a traer variedades de donde podía y a ponerlas en sistema de conducción de parral y de ahí difundir el cultivo a los productores que básicamente no había antecedentes acá. Después vino Expofrut al Valle Medio con un gran desarrollo de más de 100 hectáreas”.
Otro aporte fueron las capacitaciones, después de la tercera etapa en la provincia de Neuquén con un programa del Centro Pyme. Se generaban capacitaciones en diferentes localidades donde se experimentaba con variedades y su aptitud, en varias localidades del interior neuquino. “Él también estuvo en eso y capacitando gente en cada lugar, la gente que llegaba a pedir asesoramiento al INTA” explica el Ing. Gallina.
En Río Negro Llorente era un gran conocedor de la ampelografía “ayudaba a las empresas o a los productores a diferenciar, porque era muy común que dentro del viñedo hubiera muchas variedades, antes se estilaba así, estaban todas mezcladas, entonces a purificar esos viñedos, a decir cuál era tal variedad”.
“A las nuevas generaciones les diría que lo lean en alguno de sus trabajos que ha escrito por su conocimiento técnico y después por su rectitud, su seriedad, su responsabilidad en el trabajo. Conocía muy bien de la viticultura y sobre todo acá en Patagonia… no escondía para nada su conocimiento y le enseñaba a quien lo necesitara o a quién le viniera a consultar, siempre desde el INTA”, finalizó Gallina.
Llorente ha dejado una cantidad importantísima de trabajos de investigación sobre la temática vitivinícola de la región. Foto: gentileza INTA. |
Siete Copas y el contacto con nuevas generaciones.
El Licenciado en enología Mario Lascano, recuerda que cuando llegó de Mendoza, Alcides ya no estaba en el INTA, pero era el referente “todo el mundo me hablaba de él. Yo lo conocía sin conocerlo y cuando tuve el gusto, la verdad que me llamó la atención que era una persona que ya estaba jubilada, pero que tenía unos conocimientos muy importantes de todo lo que era la zona” explica el enólogo de Roca.
“Me llamó la atención que era un tipo que estaba súper actualizado en todas las cosas. Tenía unos criterios muy interesantes. A mí me sirvió mucho, porque yo trabajo no solamente acá en la zona de Alto Valle, sino que trabajo en Valle Medio, de donde es él, entonces también me sirvió mucho la información que él me transmitía” dijo.
“Era una persona que estaba todo el tiempo estudiando, probando vinos de distintos lugares, era un placer hablar con él e intercambiar opiniones” recordó Lascano, el enólogo que compartió con el Ing. Llorente varias degustaciones en el grupo Siete Copas, un grupo de amigos que se juntaban todas las semanas a degustar distintos vinos y después a cenar.
Como lo definen quienes lo conocieron, el Ing. Alcides Llorente fue un referente histórico de la vitivinicultura regional y nacional. Aunque sus conocimientos también llegaron a otras partes del mundo, un inquieto, un soñador y una persona que dejó un valioso legado para las actuales y futuras generaciones en el sector del vino.
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