lunes, 5 de octubre de 2020

TORRONTÉS DE ALTURA, EL BLANCO ESPECIAL DEL QUE COLOMÉ ELABORA LA MÁXIMA EXPRESIÓN Uva criolla y perfumada, despliega una personalidad sin paralelos en las alturas exageradas del trópico. Conocé la gema más preciada de esta colección.

TORRONTÉS DE ALTURA, EL BLANCO ESPECIAL DEL QUE COLOMÉ ELABORA LA MÁXIMA EXPRESIÓN.

Uva criolla y perfumada, despliega una personalidad sin paralelos en las alturas exageradas del trópico. Conocé la gema más preciada de esta colección.

En los valles del norte, entre quebradas y desiertos encendidos por la luz del sol y de los astros en días y noches transparentes, se producen algunas de las uvas más particulares del mundo. 

Con trazos de lima, pizca de azahar, rosas y piel de naranja, el Torrontés de altura es fragante como un perfume, mientras que en paladar gana frescura, cuerpo y tensión. Quienes busquen un blanco que quite el aliento, deberían saber que en esta variedad y en los Valles Calchaquíes se esconde la gema que están deseando.

“Nosotros lo cultivamos en dos niveles de altura –dice Thibaut Delmotte, enólogo de Bodega Colomé–:1700 y 2300 metros sobre el nivel del mar. Colomé Torrontés es un 90 a 92% de 1700 metros, de Finca La Brava, y el resto de los 2300, de Finca Colomé”, explica.

La combinación de alturas posibles, partiendo de un piso elevado, les permite conseguir un balance particular. Es que la altura ofrece tres vertientes bien diferenciadas: la insolación, el frío y la edad de los viñedos como piezas claves de la paleta estilística.

La criolla más famosa.

El Torrontés es una variedad nativa de Argentina, nacida de un cruzamiento producido naturalmente en el silgo XVII entre la blanca Moscatel de Alejandría y la tinta Listán Prieto. Es, en todo rigor, una uva criolla. Cuando se habla de Torrontés, sin embargo, se habla del Torrontés Riojano, uno de tres variedades hermanas que encontró en los valles norteños su mejor expresión.

La razón detrás de esta adaptación a la altura y el norte la explica Delmotte: “El Torrontés es una variedad de ciclo largo dentro de las blancas. En zonas de altura, consigue conservar la frescura, aunque es en suelos arenosos donde el efecto de los metros sobre el nivel del mar funciona a la perfección”.

Mientras que la altura proporciona climas frescos y amplitud térmica, los suelos arenosos le permiten madurar relativamente rápido. Por eso Cafayate y alrededores es el epicentro de la producción de Torrontés en Argentina, con 960 hectáreas cultivadas a unos 1700 metros. Sin embargo, bajo una ecuación parecida se pueden buscar terruños más elevados.

El caso Colomé.

Es el caso de la finca de Colomé: “A 2300 metros y sobre suelos un poco arcillosos y de granito –explica Delmotte– el Torrontés madura más lento, por lo que consigue un perfil cítrico bien atractivo, conserva más frescura y gana graso en boca”. 

En su caso, lo emplea como reserva de fruta para Colomé Torrontés, cuyo corazón es Cafayate con una pizca del viñedo de Colomé. Pero el origen no explica todo. “En el viñedo de Cafayate, Finca La Brava, trabajamos desde la poda para bajarle el rendimiento, de forma que el vino gana concentración y boca. En Colomé, en cambio, como son plantas de más de 100 años y en una zona extrema, naturalmente tiene poco rendimiento”.

Los extremos del Torrontés.

Así como en el norte el Torrontés da un perfil floral y cítrico, en el Valle de Uco, particularmente en Tupungato y Paraje Altamira, pierde el matiz azaharado y conserva sólo el cítrico.

“En Colomé trabajamos para conseguir lo mejor del carácter de la altura. El desafío es ofrecer un perfil floral sin resignar volumen de boca y, más aún, evitando el final de amargo que es característico de la variedad”, dice Delmotte. “El secreto, pienso yo, está en los terroir donde tenemos plantadas las fincas y en el trabajo de bodega, donde fermentamos bien frío, a unos 12°C, lo que nos ayuda a subrayar el estilo”, define.

Este modelo de Torrontés ofrece un amplio rango de maridajes posibles. Como gana profundidad y largo debido al cuerpo y la frescura elevada, es un blanco perfecto para comer, ya sea desde unas típicas empanadas salteñas a platos asiáticos como sushi, tempuras y salteados de cerdo. Donde mejor se luce, sin embargo, es con tapeos de mar y frituras.

Así, el ejercicio de la bodega es combinar viñedos para dar con el equilibrio perfecto para su Torrontés. Un balance en el que los aromas de azahar y lima, de rosas y de hierbas invitan a beberlo y en el que se abre un paladar que gana agilidad y frescura, con un volumen medio. Emblema de los valles de altura, Colomé Torrontés es un caso de estudio.

PUBLICADO EN VINÓMANOS.

https://vinomanos.com/2020/10/torrontes-de-altura-el-blanco-especial-que-elabora-colome/

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