¿Por qué se desploma el consumo de vino en Argentina?
El consumo de vino en Argentina se encuentra en una notable
disminución, como en “caída libre”. ¿Cuáles son las razones que explican la
tendencia?
Por Carla Barbuto.
El consumo interno se desploma año tras año.
El consumo de vino en Argentina parece estar en caída libre
y realmente ésta no es una tendencia novedosa. El último informe publicado por
el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) sobre la comercialización de la
bebida nacional en el mercado interno le puso números al desastre: de abril
2023 contra abril 2024, el consumo cayó 11,1%.
También se registraron caídas en el análisis a nivel
trimestral interanual (primer trimestre de 2023 contra primer trimestre de
2024) y mensual (de marzo en comparación con abril de este año). De acuerdo al
informe, la caída trepa al 6,4 si se compara los trimestres y, en relación a
marzo de este año, la baja de abril es de 0,5%.
La caída supera el 11%. Fuente: INV.
Allá lejos y hace tiempo.
El presente del sector en el mercado interno es aún más
difícil de asimilar por nostalgia. Durante las primeras décadas de los años 70,
el consumo interno alcanzaba casi los 92 litros por persona, una cifra que hoy
no es más que un recuerdo de los años de esplendor.
Este drástico cambio se evidencia aún más al observar la
tendencia de los últimos veinte años, periodo durante el cual el consumo per
cápita de vino en Argentina ha disminuido en 20 litros, pasando de 33,7 litros
a solamente 16,7 litros por persona.
Este descenso en el consumo de vino refleja cambios
significativos en los hábitos y preferencias de los argentinos, marcando un
punto de inflexión en la industria vitivinícola nacional y planteando desafíos
tanto para productores como para comercializadores en el ámbito local.
Según Walter Bressia, la baja se debe a "bolsillos
flacos".
“Bolsillos flacos”.
A la hora de ensayar una explicación para este desplome
actual, es inevitable pensar que buena parte del fenómeno se atribuye a la
inflación y la pérdida de capacidad de compra de los argentinos.
Sin embargo, también es cierto que la tendencia se repite desde hace años, con la excepción del 2020. Durante la cuarentena por Covid-19 las personas compraron más vino, pero una vez pasada la etapa más severa del confinamiento, volvió a disminuir la cantidad de litros consumidos en el mercado interno.
En este punto, no sorprende que Walter Bressia, presidente
de Bodegas de Argentina (BdA), vincule la notable caída en el consumo de vino
con la declinación general de la actividad económica en el país y una marcada
pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos argentinos.
“Los bolsillos flacos hacen que el vino, siendo una bebida
que puede ser fácilmente sustituida por opciones más económicas o incluso por
agua, deje de ser una prioridad. La gente prefiere invertir el dinero que
costaría una botella de vino en alimentos”, dijo Bressia en declaraciones
radiales.
La caída se mantiene en la comparación trimestral. Fuente:
INV.
La caída del vino.
Volvamos al informe del INV porque el consumo de vino en
Argentina parece estar en picada y los números lo ratifican. En el análisis de
abril de 2023 en comparación con igual periodo de este año, todos los tipos
cayeron salvo los varietales, que registraron un alza del 6%. En el piso del
consumo, están los espumantes con una baja del 39% y los vinos secos o dulces,
que han bajado un 68,5% en las ventas.
Con relación a los envases, el mismo período de análisis
muestra una disminución del 4,2% en los despachos de vino en botella, una baja
de 19,5 en los vinos en tetra-brik y de 12% de la damajuana. Todos los
indicadores están precedidos por el signo menos. Vinos de varietales,
espumosos, secos, sin mención de varietal o dulces, tanto unos como otros todos
disminuyeron
En cuanto a la tendencia que refleja el primer trimestre
tampoco hay buenas noticias para el sector. Según el reporte que acaba de
difundir el INV, todos los indicadores están en rojo. Aunque todos los tipos de
vino cayeron, se destaca el desplome de los espumantes con una baja del 30%.
Cuando se mira con detenimiento la tabla “Por tipo de
envase” se observa que no se salva ni siquiera las líneas más económicas, como
los que se venden en tetra-brik, ya que cayeron más del 5%.
La baja en el consumo interno viene de décadas de
deteriorio.
El antecedente inmediato.
La tendencia se afianza de forma alarmante y los datos del
INV para 2023 ya lo confirmaban. El año pasado, se comercializaron casi siete
millones y medio de hectolitros de vino (7.752.601 hl), con una retracción del
mercado que se confirmaba. A nivel general, la vitivinicultura argentina
destina más del 70% de su producción al mercado interno y ese consumo se lo
llevan principalmente los vinos llamados genéricos. Así el 65,5% de las ventas
corresponde a vinos sin mención varietal, el 29,3% es varietal, el 4,8%
espumoso y 0,4% otros vinos. “Respecto del año anterior, todas las categorías
disminuyeron el volumen de ventas”, precisaba el INV.
Esta tendencia podía leerse de maneras diversas ya que
mientras el vino genérico, el que más volumen se lleva, caía 1,4% en 2023, los
varietales –Malbec, Cabernet, etc.- sufren un golpe aún mayor. Así, esta venta
se desplomaba 15,2% mientras que los espumosos bajaban 6,3% en comparación con
2022. Los vinos secos o dulces, que en general se venden poco en las góndolas
locales, el año pasado sufrieron una baja de 36,2% anual.
Cambio de hábitos, nuevas modas o "bolsillos
flacos", lo cierto es que el mercado interno cada vez es menos atractivo para
las bodegas. ¿Cambiará la tendencia?
*** Publicado en Más Producción de LA MAÑANA DEL NEUQUÉN.
https://masp.lmneuquen.com/vitivinicultura/por-que-se-desploma-el-consumo-vino-argentina-n1115969
Nota: No es un artículo que llena de optimismo este desplome
actual pero… se difunde para conocimiento de lectores.