Este viernes 24 de noviembre se celebra el Día del Vino
Argentino.
Desde el 24 de noviembre de 2010 cuando se firmó el decreto
presidencial que declaró al vino como la Bebida Nacional y luego en 2013 por
una ley aprobada por unanimidad en el Congreso se convertía en el proyecto presentado
por del Diputado Nacional Julián Domínguez y refrendada por la Resolución 253-E/2017, del
Ministerio de Agroindustria de la Nación, que establece un Plan Nacional de
Promoción del Vino Argentino Bebida Nacional.
En 2013 se sancionó la Ley Nº 26.870 que declaró al Vino
Argentino Bebida Nacional. A través de ella se busca difundir las
características culturales que implica la producción, elaboración y consumo del
vino. La Argentina es el único país vitinícola en el mundo que declaró a su
vino como bebida nacional.
El vino argentino, bebida nacional de Argentina que se produce principal y tradicionalmente en las provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Salta, Córdoba, Catamarca, Neuquén, Río Negro, La Pampa, Entre Ríos, Chubut, Buenos Aires, Jujuy, Tucumán y San Luis son las provincias argentinas (puede faltar alguna).
Una diversidad argentina que abarca paisajes como montañas, sierras, meseta, desierto, costa mar, por
ejemplo; y diversidad en climas expresiones del terruño argentino.
Exceptuando los vinos de la Costa y de las Sierras de
Córdoba, prácticamente todos los cultivos vitícolas argentinos se hacen en
oasis de riego.
La industria del vino en la Argentina aparte de ser creadora de riqueza y trabajo que se sigue manteniendo a pesar que para muchos productores no resulta rentable producir o como se dice “salen hechos” (no por nada se sigue arrancado viñedos, lamentable).
El vino argentino es también fomento del turismo. Existen en
nuestra Argentina unas 200 bodegas con apertura turística que reciben más de 1
millón de visitantes por año.
Un ya lejano 15 de enero de 1618, el sacerdote Pedro de
Oñate le compró al alférez real Gaspar de Quevedo la estancia ubicada en las
tierras de Guanusacate –que en lengua de los pueblos originarios significa agua
muerta o río seco– y a la que los jesuitas rebautizaron con el nombre que dio
origen al poblado actual: Jesús María donde funcionó su bodega, que atesora el
título de haber sido la primera que elaboró vinos en la Argentina en Córdoba.
La Corporación Vitivinícola Argentina entiende al vino
“sobre la base del alimento, del consumo responsable, del consumo en los
momentos donde hay un disfrute familiar, pero además bajo la premisa que el trabajo
de miles de productores sostiene cada brindis”, desde que el 3 de julio del año
2013 bajo la ley 26.870 se promulgó al vino argentino como “Bebida Nacional”,
con el objetivo de “difundir las características culturales que implique la
producción, elaboración y consumo del vino argentino y sus tradiciones”.
Hoy el vino en lata, el Bag-in-Box (con sus altibajos en consumo) y los botellones, entre otras innovaciones para la comercialización en la industria vitivinícola, ganan terreno en el mercado que buscan seducir a los nuevos consumidores a lo que se incorpora marcas nuevas llamativas y la actualización de las bodegas tradicionales también buscando acercar al vino.
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