Cada vez son más las personas que se animan a instalar su viñedo en medio de las sierras de Tandil, haciendo que la producción de vinos se expande a pasos agigantados.
Debido al gran impulso que ha tenido en el último tiempo, la ciudad ya es incluida en las rutas del vino de la Provincia de Buenos Aires y se consolida la región como zona vitivinícola.
Tandil se conjuga dentro de lo que llaman vitivinicultura marítima, primera y única en Argentina por estar en el lado opuesto al resto, hacia el este a una muy baja latitud (Mendoza está en 33º y Tandil en 37º). La vitivinicultura mundial, en su gran parte, es marítima y no de montaña, como en Italia, Australia, Francia, California, Chile.
Alejandro Martínez, sommelier internacional y miembro de Bienbebidos Club Tandil, aseguró en diálogo con El Eco que la ciudad cuenta con las condiciones óptimas para esta práctica. “El desafío es ir aprendiendo a fuerza de prueba y error, cuáles son las variedades que mejor se adaptan a nuestro terruño”.
“A la hora de analizar los vinos que se producen hoy en Tandil, nos encontramos con gratas sorpresas de un terruño nuevo, con buen potencial”, certifica.
En resumen, para Martínez, la ciudad está en la etapa de elaborar vinos jóvenes, es decir, vinos para saborear hoy, con excelente equilibrio, amables y fáciles de beber y disfrutar. “Vinos con los que todos los tandilenses nos podemos sentir muy orgullosos”.
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